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BIENVENIDOS A CHISPERO POLITICO

Posted on : 17:43 | By : Unknown



LAS FARMACIAS DE MEXICO EN RIESGO DE QUIEBRA
LA REFORMA CONTRA LA AUTOMEDICACION, NEGOCIO DE MERCENARIOS DE LA SALUD
Al entrar en vigencia el decreto por el cual se hace obligatorio que los cerca de 300 productos que contienen penicilina sean expedidos en las farmacias previa exhibición de médico titulado, cientos de miles de farmacias en todo México, corren el riesgo de irse a la quiebra debido a que un 60% de la población mexicana no recurre a los médicos para poder aplicarse una penicilina contra la gripe, por ejemplo. Derivado de ese mediocre decreto que, es para favorecer a los médicos, la industria farmacéutica sufrirá una competencia desleal, pues empezarán a traer cientos o miles de toneladas de medicamentos de otros países que seguramente se estarán vendiendo clandestinamente. Los propietarios de la industria farmacéutica gastan miles de millones de pesos para hacer investigaciones científicas y así producir nuevos medicamentos y al tener un gravísimo descenso en la venta de los productos, seguramente bajaran su inversión y seguramente la industria cesará sus investigaciones. Pareciera que en la reforma para la venta de productos médicos, los ganones son los médicos, pues en la actualidad, todos los farmacéuticos deberán tener un médico de planta para que expida boletitas de consulta a cambio de que allí mismo se compren los productos. Es cierto que los médicos y en especial los médicos, no son dioses y una mayoría de ellos, como todo ser humano, son falibles y otros comerciantes de la salud. En la actualidad, ya no hay consultas de 50 pesos, el médico más chafa cobra por examinar de vista a cualquier paciente, una suma superior a los 200 pesos y si la consulta es de especialidad, el costo supera los mil a mil 500, que sumados a un medicamento que le costará 400 pesos, definitivamente, hacen una suma inalcanzable para cualquiera que tenga un salario mínimo pero significa la muerte para aquellos que no tienen salario o ingresos, precisamente me estoy refiriendo a cualquiera de los 80 millones de mexicanos que viven en la pobreza. Según el punto de vista de los trabajadores de farmacias, el decreto que favorece a los médicos, ha reducido en un 40 por ciento la venta de medicamentos en términos generales y casi un 50% en los medicamentos controlados. La reforma, cuya iniciativa fuera de los señores del PRD, jamás se puso a pensar que tenemos un sistema de salud mediocre, deficiente y carente de todos los recursos para atender a cientos de miles de trabajadores que, únicamente tienen los hospitales de lujo mas no los médicos y menos los medicamentos. El Sistema de salud que le preocupó tanto que los ciudadanos mexicanos nos automedicaramos, debió primero analizar que en cuestión de atención a la salud, son verdaderos ceros sin valor y que lo que les interesó fue amafiarse con los médicos para que la pandilla de carniceros, comerciantes de la salud, mercenarios con cédula profesional y con permiso del Estado para hurtar a los pobres de los pobres (los de México) se tengan que ver obligados a tener que recurrir a pagar una suma de 200 pesos a cualquier medico chafa para que sea éste quien le diga y le faculte ponerse una respicil contra la gripa. De antemano sabemos que la porquería en la que está constituido el llamado programa “Seguro Popular”, es realmente una vergüenza, pues para que se “vea” un médico, hay que esperar horas y horas; mucha gente hay esperando que un médico medio ausculte a un paciente, ya que en fila tiene a 70, acción totalmente imposible de realizar en su jornada de trabajo, por ello que el sistema de salud en México, con el perdón de la palabra, es una mierda. Seguramente, muchos coincidirán con migo, y no por la palabra, pero si por las deficiencias ampliamente conocidas por todos los ciudadanos. En los hospitales, los pacientes me mueren por males curables y a veces suele ocurrir esta verdadera lástima porque los médicos carecen de instrumental, de medicamentos y otras porque los médicos son ineptos, inútiles o negligentes. Sabemos de antemano, que los griegos como Hipócrates, no necesitó irse a sentar cinco años en las sillas de la universidad para decirle a alguien qué era lo que tenía, pues los grandes médicos antiguos y actuales, así como los empíricos, basan su gran saber usando el campo de la práctica conocimiento casi infalible, el que no tienen los médicos que, con dolo tener el olor de la teoría, piensan que son superiores a Hipócrates; aunque, hay que destacar que no todos los médicos son mercenarios de la salud, porque en México, también hay grandes hombres en el campo de la medicina, hombres que al ver la corrupción en el campo de la medicina oficial, tienden a independizarse para hacer de su profesión, un campo ético de valores y principios. Pero finalmente me gustaría hacer una pregunta: ¿De aquí a cuándo al Estado le ha interesado que equis o zeta persona se automedique? Nunca, claro, pues en México hay personas que todavía se mueren por una temperatura, aquellas que carecen de un centro de salud y que tampoco tienen recursos.

VIVA FERNANDO VII, VIVA LA VIRGEN DE GUADALUPE
Ahora que ya es casi del dominio público el hecho que el cura Miguel Hidalgo y Costilla, al que le llamamos padre de la patria y libertador de los americanos entre otros motes, en realidad no peleaba por la independencia de México y de los americanos sino que protestaba porque el trato que recibían los criollos era inferior al que tenían los peninsulares, esperamos que en el grito de independencia que acostumbran dar, desde el presidente de la República, los gobernadores y los alcaldes de todo México el 15 de septiembre por la noche, ya no tenga la misma gastada cantaleta que se viene “bramando” todos los años en los balcones de los edificios en donde se saca una bandera diferente al estandarte, con la virgen de Guadalupe, que sacara Miguel Hidalgo en la que dicho, sea de paso lo que dijo fue: Viva Fernando VII, viva nuestra Santísima Madre de Guadalupe y Muera el mal gobierno”. Hidalgo y Costilla jamás abogó por ningún indígena, pues lo que querían esos criollos explotadores era la posesión de espacios dentro del gobierno, espacios que todos eran poseídos por los peninsulares. Ahora, en este 15 de septiembre que se acerca, desconozco qué o cuáles serán las palabras que invoquen nuestros gobernantes; pues ya no es válido gritas: viva doña Josefa Ortiz, Viva el Cura Hidalgo, Morelos y otros, como Leona Vicario. En fin, esperemos que ahora se cambie ese gastado discurso que ya lo sabemos de memoria y que año tras año se repite. Lo triste es que yo siento que ninguno de los que han gritado duro y macizo por varias veces no leyeron bien la historia y ahora, tienen que dejarse de chingaderas y gritar la verdad y no las mentiras. ¿Usted no cree?

Nos chateamos en la próxima edición. angelcarrillob@hotmail.com

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INTENSO TRABAJO LEGISLATIVO DE MA. ELENA ORANTES, AL INICIAR LAS SESIONES ORDINARIAS EN EL SENADO DE LA REPÚBLIA.

MÉXICO, D.F. 6 de Septiembre del 2010.- La Senadora María Elena Orantes se mostró atenta y comprometida a participar con buen desempeño en el cumplimiento de las responsabilidades y atribuciones que le otorga la Constitución mexicana y las leyes a la Cámara de Senadores, para alcanzar el bien común que demanda la sociedad.
Recordó la legisladora que el pasado 1 de septiembre inició el Primer Periodo Ordinario de Sesiones del Segundo Año de ejercicio de la LXI Legislatura en el Senado de la República y para los trabajos, los senadores contarán con la experiencia consolidada del Senador Manlio Fabio Beltrones Rivera como Presidente de la Mesa Directiva.
Orantes López, en el marco de su trabajo parlamentario y consciente del grave problema de seguridad que enfrenta el país por el fenómeno, planteó en tribuna un exhorto al gobierno federal para que implemente mecanismos de colaboración con estados y municipios a fin de realizar programas de capacitación como parte integral de la política de derechos humanos a favor de los migrantes y solicitó convocar a la Organización Internacional para las Migraciones, con el objetivo de que pueda emitir su opinión sobre la problemática de la frontera sur.
Por otra parte, en la misma sesión, el Senado aprobó la creación de la Comisión Especial para el Cambio Climático, un tema que impulsó la chiapaneca desde el mes de julio de 2007, mediante una Iniciativa de reforma a los artículos 39 y 90 de la Ley Orgánica del Congreso General de los Estados Unidos Mexicanos, en la que propuso la creación de la comisión ordinaria en ambas Cámaras del Congreso de la Unión.
De esta forma, la Senadora Orantes refrenda su vocación y firme compromiso de demandar a las autoridades federales y estatales un buen desempeño para llevar soluciones a los problemas que aquejan a los mexicanos y por supuesto a todos los chiapanecos.
Finalmente, el 2 de septiembre pasado, la Secretaría de Gobernación emitió una Declaratoria de Desastre Natural para el municipio de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Lo anterior, gracias a las constantes demandas planteadas por la Senadora, para solicitar a la SEGOB, realizar un diagnóstico de los daños ocasionados en los estados de Chiapas, Veracruz, Michoacán, Hidalgo y el Estado de México, afectados por inundaciones causadas por las lluvias.
La iniciativa busca resolver de manera rápida y efectiva, la reconstrucción de infraestructura pública y de vivienda, así como los apoyos a los sectores agropecuarios afectados, a fin de reactivar lo antes posible, las actividades económicas en de estas regiones en el país que se han visto afectadas por los aguaceros.
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CORRESPONSALES DE GUERRA.‏


ARMANDO DOMÍNGUEZ
dguez_armand@hotmail.com

De:ARMANDO DOMÍNGUEZ (dguez_armand@hotmail.com)
Enviado:
lunes, 06 de septiembre de 2010 06:10:53 p.m.
Para: Chisperopolitico.
México D.F., 6 de septiembre de 2010 (Gerardo Albarrán de Alba* / Sala de prensa).- Hay una guerra en México? El diario estadunidense Los Ángeles Times decidió que sí y envió a Tracy Wilkinson, una experimentada corresponsal que ha cubierto conflictos bélicos en Irak, Bosnia y Centroamérica. Como ella, otros corresponsales de guerra han llegado al país para encontrar que no es para tanto. Aparentemente, la vida sigue para todos, menos para los muertos y sus deudos, que rebasan ya los 28 mil en tres años y medio, incluyendo a 38 periodistas.
La guerra contra el narco desatada por la administración de Felipe Calderón ha sumido a México en una espiral de violencia que no se ha traducido en soluciones; por el contrario, bastas regiones están sometidas a alguno de los cárteles del narcotráfico que le disputan al Estado el control del territorio nacional.
En términos generales, la prensa mexicana ha cubierto el conflicto sin lineamientos editoriales claros y sin conciencia de los riesgos que implica, a pesar del asesinato de 69 periodistas en los últimos ocho años; 11 más están desaparecidos y varios se han refugiado en Estados Unidos y Canadá. En la administración de Calderón, 38 periodistas han muerto o desaparecido, 10 de ellos en lo que va de este año, de acuerdo con la organización internacional Reporteros Sin Fronteras. El denominador común de casi todos estos casos es la impunidad en que permanecen esos crímenes.
En esta cobertura, los grandes medios de la Ciudad de México tenemos un mayor margen, o al menos eso creíamos hasta que el narco secuestró a cuatro periodistas en Durango, el 26 de julio, mientras reportaban un motín carcelario. Nadie ignora que la prensa local está en el frente de batalla y corre muchos más riesgos, pero hasta ahora –salvo contadas excepciones– los grandes medios habían omitido contar que la prensa de los estados se ha convertido en objetivo tanto de los narcos como de algunas esferas gubernamentales, responsables de esas agresiones. Televisa y Milenio, que pusieron en la agenda nacional los ataques a la prensa tras el reciente secuestro de sus enviados, apenas registraron el asesinato de dos reporteros locales que trabajaban para ellos, y han callado las amenazas y ataques a sus instalaciones. Ninguna reacción de ellos, hasta ahora, que protestaron a cuadro y que junto con otros concesionarios de radio y televisión se reunieron con el presidente Calderón, quien aprovechó para recordarles la cantaleta sexenal: los propios medios le abrieron la puerta a los narcos y son responsables de la extendida percepción de violencia en el país, según la versión gubernamental. Días antes, varios diarios nacionales publicaron un desplegado en el que expusieron su preocupación.
Ninguna palabra de dueños y directivos de medios sobre las condiciones laborales en que mantienen a sus periodistas y que se suman a los factores de riesgo cotidiano que enfrentan reporteros y fotógrafos.
En contraste, periodistas de varios medios de la Ciudad de México convocaron a una marcha el pasado 7 de agosto para exigir el fin de la impunidad en los crímenes contra periodistas, que el Estado garantice el derecho a la información de la sociedad y de los periodistas y que se creen mecanismos que garanticen la protección a la labor informativa.
Convocada cuando los cuatro periodistas secuestrados en Durango aún se encontraban en cautiverio, la marcha demandó que las autoridades cumplan su función, se investigue y se rescate a los 11 periodistas que siguen desaparecidos, algunos desde hace algunos años, todos reporteros de medios del interior del país. La consigna fue: Los queremos vivos.
Periodismo amenazado
Hacer periodismo en los estados es una labor aún más arriesgada que la de muchos de nosotros, desde medios de la capital del país. Las presiones, las amenazas, las agresiones, los atentados, los secuestros y los asesinatos se ensañan con ellos. En la Ciudad de México, la mayor parte de los periodistas no tienen idea de lo que es reportear en esas condiciones en ciudades y pueblos que viven en guerra o están bajo el yugo del narcotráfico.
Entre mayo y junio pasé tres semanas en Tamaulipas, en el noroeste de México, estado con una gran franja fronteriza con Estados Unidos. Allá, la guerra es abierta; los gobiernos municipales son rehenes, el gobierno estatal sólo administra el desastre y el gobierno federal apenas contempla.
Entonces escribí:
“El silencio es más hondo que una tumba. Cualquiera sabe lo que pasa, pero nadie dice nada. Pueblos enteros tomados durante días por el cártel del Golfo o por Los Zetas; casas y negocios quemados y saqueados; ataques relámpago a instalaciones policiacas o casas de seguridad; combates que duran toda la noche y matanzas a plena luz del día que no dejan otra huella que muros y vehículos acribillados, sangre en las aceras, porque las víctimas más tardan en morir que en desaparecer sus cadáveres; amenazas por doquier contra quienes no se conforman a la primera; secuestros, asaltos y cobro de cuotas a quien se deje, y todos se dejan para llegar a mañana como se pueda. La vida controlada en las comunidades disputadas mediante retenes y volantas en las calles y avenidas principales.
“La cotidianidad se mide en los calibres empleados y las granadas detonadas, el número de bajas, las horas de terror. Ser testigo da para meses de episodios que se adaptan al interlocutor en turno, siempre en el círculo más cercano, porque entre desconocidos no se pasa de una charla incidental. Con la prensa amordazada, policías coludidas o sometidas, y autoridades políticas indolentes o en plena fuga, el rumor alcanza la categoría de leyenda urbana. Si algo llega a salvar la censura, las versiones oficiales minimizan todo y los periódicos y noticiarios locales se avienen.
“La prensa es una parodia de sí misma. Primeras planas llenas de gacetillas, interiores rellenados con boletines. La página policiaca se atiene a los accidentes de tránsito; en otras condiciones, nadie sabría lo mal que se maneja en Tamaulipas. Radio y televisión son inocuas. Si ya la corrupción era consustancial al periodismo local, la guerra de los cárteles dividió lealtades. Algunos reporteros pagaron el precio con la vida o con su libertad. Ahora todos están bajo la misma amenaza: plata o plomo. ¿Servir a unos o a otros? Para muchos de ellos, lo mejor es nadar de muertito; bendita sea la grilla local que les permite reportear otras cosas. Los narcos tienen sus voceros, reporteros que trabajan para ellos. Te llaman a la redacción; te dicen esto sí, esto no. Los narcos son los verdaderos editores de los periódicos, los jefes de información de los noticieros. A veces no nos tienen que hablar, ya sabemos de qué o de quiénes no tenemos que publicar nada. Hay listas, pero no alcanza. El problema es que no sabes realmente con quién estás hablando, sobre quién estás escribiendo. Vives con miedo a equivocarte.
“Los narcos presumen que son los buenos, lo malo es que no se sabe cuáles. La guerra entre El cártel del Golfo y Los Zetas no se limita al control de las plazas, va por las conciencias de quienes preferirían subordinárseles a cambio de recuperar un poco de paz. Emiten boletines de prensa para limpiar su imagen y denostar a sus enemigos; ejercen la censura previa en los medios y tiran línea a conveniencia; distribuyen volantes casa por casa y esparcen rumores en las redes sociales. La propaganda arraiga percepciones.”
Hacer periodismo en estados como Tamaulipas es exponerse a las veleidades del narco. Venir de fuera, es decir, ser un periodista de la capital del país, no garantiza nada y, en algunos casos, es un riesgo mayor por ignorancia.
“En San Fernando, una pequeña ciudad en el centro de Tamaulipas, cuatro fotógrafos de agencias nacionales e internacionales que registraban los estragos del huracán Alex, fueron abordados por un grupo de zetas, metralletas en ristre, dos días antes de las elecciones. El interrogatorio es tenso. Juran y perjuran que son periodistas, que sólo retrataban ríos desbordados, campos inundados. Sacan sus credenciales de prensa, tarjetas de presentación, pasaportes, formas FM3. Vale madre, estas las hago yo en la computadora. Órale, sáquense a la chingada, aquí no hay nada que ver. Los sicarios se divierten con ellos. Si nos están mintiendo, vamos a regresar y se vienen con nosotros. Que no, que no hay problema, que ya se van, pero cómo no, a la chingada o a donde ustedes manden. ¿Saben quiénes somos? No. Somos los de La Letra, y les muestran una concha de oro, grabado el mapa de la República y cruzado con una gran Z roja. En el reverso, dos figuras de sicarios disparan al aire sus cuernos de chivo; una leyenda dice Comando.
“Los periodistas no son bien vistos en Tamaulipas, menos en las ciudades controladas por el narco. Cuando estalló la guerra, en febrero, diez reporteros fueron secuestrados; cinco de ellos fueron asesinados sin que trascendiera la noticia, según me cuentan periodistas locales. Muchos han sido levantados por horas o días, las madrizas son monumentales. Mínimo los tablean, es decir acribillan sus nalgas con varas de madera para que les quede claro el mensaje a todos. Otro periodista murió en junio en Reynosa, en circunstancias poco claras; a uno más, desde mayo no lo ven, pero su familia dice que todavía tiene esperanzas. Ningún caso se ha esclarecido.
“Por eso ellos no reportean en esta zona. De por sí, la mayor parte de los caminos de Tamaulipas –y de muchos otros estados del país– no son para andar paseando, y menos en territorio narco. Aquí sólo se viene porque te trae algo. La cosa es qué.”
Tracy Wilkinson, la corresponsal de guerra de Los Ángeles Times, dice que no se puede generalizar el problema del narcotráfico en México; el conflicto es diferente, según la zona donde se manifiesta. Pero reconoce también que la prensa nacional y extranjera no está a salvo de amenazas ni riesgos en la cobertura del narco en México.
Otros veteranos reporteros, como la argentina Olga Wornat y el mexicano Luis Gutiérrez Esparza, recuerdan conmigo sus experiencias en los Balcanes, Afganistán y Chechenia. Ambos dudan de sí mismos. No cubrirían hoy al narcotráfico en México como sí lo hicieron antes en aquellas guerras.
Al narco no se le cubre a ciegas, los periodistas debemos tener plena conciencia de los riesgos, y prepararnos para ellos, recomienda Wilkinson. Las guerras tienen reglas que minimizan los riesgos, aunque cambian; el reto es anticiparse. El narco no tiene reglas.

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