UN VISTAZO AL SISTEMA PENITENCIARIO MEXICANO
La política penitenciaria mexicana es tan vetusta y añosa que hasta la fecha para lo que ha servido es para castigar con severidad y violencia a los que por situaciones diversas han cometido actos antisociales e incluso para aquellos que son inocentes como se ha comprobado miles y miles de veces. El sistema penitenciario no rehabilita sino más bien pule a la mayor parte de delincuentes en su quehacer delictivo. Para la amplísima gama de población de reclusos, según han confesado, los primeros días es su martirio de sentirse privado de la libertad y los subsecuentes le sirven al indiciado para ir compenetrándose y tomándole amor al espacio, pues en las cárceles de México, los reclusos no tienen porque preocuparse, tienen comida y techo seguro, también un socorro de ley que más bien es un sueldo que se les da por el hecho de estar dentro de cualquier penal; ellos, esa altísima comunidad de reos, no tienen preocupación de trabajar, ni de pagar renta, menos de pagar impuestos o de hacer algo para que sufraguen las cuantiosas millonadas de pesos que el Estado desembolsa para mantenerlos. Los reclusos en los penales, la mayor parte se la pasa durmiendo, inventando como perfeccionar sus crímenes cuando nuevamente sean puestos en la calle, cultivando un cuerpo atlético y otros drogándose dentro del mismo penal y solo una minoría realiza insignificantes labores. El Estado no obliga a esos sujetos a mejorar su nivel de estudios, menos que los prepare para que sean aptos en el ejercicio de un trabajo y ya para qué decimos profesión. Yo siento ya es hora que el Estado revise su vetusta política penitenciaria, pues ya no está el tiempo para mantener a delincuentes, literalmente hablando, salvo aquellos que por impedimentos de salud o física no puedan ejecutar algún oficio o labor; deberían de implantar una política de producción agrícola y un adiestramiento en artes, oficios o profesiones; eso sería una verdadera política penitenciaria y se ganaría a pulso el nombre de “reinserción social”, pues lo que hoy están convertido los penales, es en sofisticadas escuelas del crimen y la violencia, con especialidad en venta de influencias, sobornos y violaciones específicas de la constitución misma. Pareciera que ese rubro olvidado, donde existen los olvidados de Dios, de la sociedad y hasta de sus mismas familias y amigos, nadie tiene interés, son vistos como bichos raros, como personas sobrantes de la sociedad pero sin embargo, dentro de esa comunidad que se les divide en sentenciados y procesados, en culpables e inocentes, donde se recluyen a indígenas y analfabetos, todos sin el mínimo centavo para defenderse, esa gente, debe ser tomada en cuenta, debe buscársele una solución a sus problemas, sobre todo, evacuar de las cárceles a miles y miles de recluido por ser pobres, los inocentes y los que están dentro de esos lugares nauseabundos simplemente por no tener menos de un mil de pesos para liquidar la multa que abusivamente un juez le aplica, muy a pesar que las sentencias sean optativas. Al menos en Chiapas, tenemos a un Secretario de Gobierno que es don Noé Castañón León, que sabe mucho de esos oficios por su amplia carrera en el poder judicial federal, como ministro, como magistrado, como juez, y así subsecuentemente, persona que sin duda alguna está consiente de que en México y particularmente en Chiapas, las cárceles son verdaderos desolladeros de valores, es el lugar donde existe el tráfico de drogas y el de influencia en todo su esplendor y sin que nadie pueda romper esas poderosas mafias capases de derribar a funcionarios de cualquier nivel, pero sigo sosteniendo que una política penitenciaria con terapias ocupacionales, son casi infalibles y sobre todo porque es allí donde existe la verdadera distracción de los pensamientos, o como se dijera: “la ociosidad es la madre de todos los vicios”.


PREOCUPANTE EL ALTÍSIMO NUMERO DE VEHICULOS DEL SERVICIO PUBLICO EN CHIAPAS
Está de sobra confirmado que las ciudades más pobladas de Chiapas, son la cuna de un altísimo número de vehículos del servicio público, sobre todo taxis y colectivos. Tan sólo en Tuxtla Gutiérrez, operan casi 4 mil 500 taxis y un numero similar de unidades del servicio colectivo. Está comprobado (por si les interesa a nuestras autoridades) que solo un 60 de los conductores de esas unidades posee licencia y los demás nunca han conocido ese documento, otros la tienen vencida, extraviada, infraccionado y hasta empeñada en algunas cantinas como nos tocó observar hace unos días. Dentro de las unidades que aludimos, algunas unidades circulan sin placas de circulación y a muchas les falta sus documentos en regla, sobre todo de los vehículos Taxis, que constantemente son reemplazados. Los propietarios del servicio público, muchos ya tienen el seguro vencido e incluso algunos influyentes poseen unidades del transporte publico tolerándoseles ese indispensable requisito. Algo que denigra y acaba con la pobre reputación que tienen los conductores es su lenguaje y su trato vulgar y soez hacia los usuarios, actitud típica de conductores del servicio publico que sumándole lo abusivo y algunos hasta rateros, acaban nuestra reputación como chiapanecos. La mayoría de las unidades, sobre todo de los colectivos están en desastrosas condiciones, con hoyos en los asientos, basura por doquier, llantas de refacción en los lugares donde van los usuarios, fétidos olores a gasolina y al sudor del chofer que luce tatuajes hasta en el pescuezo, súmale una música a todo volumen y las consabidas mentadas de madre entre ellos y en ocasiones hacia los pasajeros, principalmente contra los señores de la tercera edad. El embotellamiento que esos señores causan, sobre todo en horas pico es insoportable y nada ocurre gracias a que los agentes de tránsito y los peludos esos son brothers. Así es que si usted amigo visitante desea llegar a Tuxtla con su automóvil propio, deberá cuidarse de no ser chocado o averiado por un salvaje de esos que se dicen influyentes y hermanos de la mayoría de agentes de tránsito, quizá porque pertenecen a la misma calaña. Pero en realidad, y a manera de recomendación y para proteger a los usuarios, Tránsito municipal debería exigir a todos los choferes del servicio publico, que exhiban su licencia de conducir, como una regla obligatoria, debería de vez en cuando pedir que se le exhiban documentos del vehículo, así como vigilar la limpieza del vehículo y de os conductores mismos para evitar, la triste y abominable reputación que tienen esos señores que realmente poseen un nivel de popularidad similar al de una cucaracha.


NUESTRO CHISTE DEL DIA.
EL TAXISTA FUNERARIO
Un pasajero le toca el hombro al taxista para hacerle una pregunta.
El taxista grita, pierde el control del coche, casi choca con un camión, se sube a la acera y se mete en un escaparate haciendo pedazos los vidrios.
Por un momento no se oye nada en el taxi, hasta que el taxista dice: Mire amigo, ¡jamás haga eso otra vez! ¡Casi me mata del susto!
El pasajero le pide disculpas y le dice:
- No pensé que se fuera a asustar tanto si le tocaba el hombro.

El taxista le dice:
- Lo que pasa es que es mi primer día de trabajo! como taxista.
- ¿Y que hacia antes?
- Fui chofer de un coche funerario durante 25 años.

Así es que no se le vaya antojar tocarle el hombro a un salvaje de esos. Luego nos chateamos. Bye.