Muy a pesar de lo que en programas o discursos o en los términos de las estadísticas se diga en el sentido de que la pobreza está casi abatida en Chiapas, la línea de la pobreza, instrumento infalible de medición, nos dice todo lo contrario. En aquella región fronteriza y particularmente la Sierra Madre de Chiapas, todavía hay cientos de niños y ancianos que se mueren por males curables, como la diarrea, un dolor de cabeza, una temperatura superior a los 39º o vaya una simple gripa que posteriormente pasa al rango de neumonía y todo por los habitantes de aquella región carecen de recursos económicos (dinero) para poder adquirir esa medicina, misma que está fuera de su alcance. Son familias completas carentes de empleo, sin propiedades o bienes, son grupos sociales inmersos dentro de la gran exclusión-pobreza vínculos inseparables y asociados que produce la inevitable globalización a la que somos arrastrados irremediablemente miles de millones de personas en el mundo. Sin embargo, pareciera que como esos grupos son excluidos, obviamente que no cuentan para la democracia, para la toma de decisiones en el poder y el gobierno, pareciera que no aparecen o cuentan dentro de las estadísticas, pues muy a pesar de que los presidentes panistas, Vicente Fox y Felipe Calderón Hinojosa, sostienen y juran que la pobreza en México va en descenso, pareciera que en Chiapas y sobre todo a las regiones que aludí, la velocidades del cambio son a la inversa, ya que se puede contemplar que son cientos de alumnos de escuela que todavía llegan sin huaraches, por lo menos, ya no digamos zapatos y menos uniformes, pues su vestuario son viejos y sucios shores que les regalan gentes piadosas. Ellos ya no son pobres sino indigentes personas que están al borde de la hambruna, que tienen tierras de alta improductividad, que su alimento es papa, chilacayotes, tortillas y hierbas; que la carne es un manjar exclusivo y solo en muy mínimas cantidades, es decir, para degustarla y no para arrojarla como lo hacen las altas sociedades adineradas. Pero allí le paro.

LA INJUSTICIA AGRAVA EL ASUNTO; CON BUEN LUCRO Y NO PAGAN LUZ.
Hace algunos días hice una serie de consideraciones con respecto a los restauranteros, hoteleros y comerciantes en general que tienen sus “changarros” en las orillas del mar y hoy precisaré varias de las que nadie alude. Por ejemplo, decía que los precios de sus productos son tan altos y lo malo es que ellos son totalmente autónomos, pues no existe autoridad alguna que los regule. Es decir, si en cualquier mercado capitalino un cóctel mediano de camarones le cuesta entre 35 y 40 pesos, en las orillas del mar, precisamente donde se captura esa especie, tiene un valor de 60 a 70 pesos, una lisa por lo menos de 20 centímetros que en cualquier parte del Estado usted la puede adquirir en unos 30 a 35 pesos, allá en esos lugares la adquirirá usted, sobre todo en fiesta, en aproximadamente 70 pesos; los refrescos pequeños oscilan entre 15 y 20 pesos, así es que si su cartera iba un poco llena y si lleva usted una familia de entre seis a 10 personas, estará seguro que la traerá vacía, eso es si usted no le gustan los refrescos amargos, pues de ser asé, mejor quédese sentado en su domicilio y le será más productivo ahorrar y no gastar lo que no tiene. Lo raro de todas esas palapas que se localizan principalmente en Boca del Cielo, es que ninguna paga consumo de electricidad, pues no se observan medidores y los comerciantes ambulantes obtienen la luz de manera ilícita y los restauranteros ya están tan acostumbrados a utilizar el servicio sin pago alguno que hasta cuentan con aparatos que consumen altos voltajes. A poco son personas privilegiadas, a poco son todos trabajadores de Comisión Federal de Electricidad, a poco se “mochan” con los trabajadores de CFE, o realmente se hacen pijije cuando llegan a inspeccionar lo que no necesita ser inspeccionado, pues el robo de energía está más notorio que la pobreza y la riqueza. Total, es en nuestro Estado donde no pasa nada sino hasta que pasa y mientras que a algunos pobres los ahorcan cobrándoles consumos no hechos, a otros les toleran el consumo ilícito.
“YA TENGO LINEA Y SON EL FUTURO LEGISLADOR FEDERAL” SE JACTA EL CHUNCO.
Si Ariel Gómez León ya tiene línea de las autoridades cúpulas en el estado o federales para que por todos los medios se haga ganar, aunque sea con unos cuantos votos, la diputación por el IX distrito con cabecera en Tuxtla, ese señor debe cerrar la boca, ser discreto y por lo menos no romper con los acuerdos de discrecionalidad o de cúpulas. Ariel Gómez León, mejor conocido en el bajo mundo por el “Chunco” ha venido diciéndole a sus amigos y algunos dirigentes de grupos sociales, que deben apoyarlo para que gane la diputación, ya que el pase lo que pase, será el ganador del IX distrito electoral federal. Una de sus bocanadas de soberbia e influencia que dice tener del mismísimo gobernador del Estado fue cuando le reclamaron un grupo de habitantes de las colonias Bienestar Social, Santa Ana y Emiliano Zapata del por qué les había mentido y fallado en sus ofrecimientos de apoyos y gestiones ante órganos gubernamentales, a lo que él (el chunco) les dijo “oigan de todas maneras voy a ganar porque tengo el apoyo oficial de Sabines y no se molesten que siendo diputado federal haré lo que no me dejaron hacer como diputado local”. Antes les pidió a los comerciantes de la novena sur a la altura de la Bienestar social que deberían permitir construir las obras que actualmente se realizan, asimismo le ofreció que el gestionaría ante el gobierno de Sabines, que les ayudaría a pagar la mitad de las rentas por las pérdidas que tendrían los comerciantes al iniciarse la obra, pero es el caso que esto ya ocurrió un tiempo y cada que le cobran la mitad de las rentas al Chunco, este se niega y dice que lo gestionará y que de todas maneras él ganara la diputación porque ya es línea que hay dada para que gane por lo medios que sean necesarios.

LA JUVENTUD SE VA MAS NO LOS DESEOS.
Una pareja que cumplían su 50 aniversario estaban sentados en la mesa para desayunar cuando el marido le dijo a su mujer: "Fíjate cariño, llevamos casados 50 anos". "Si, hace 50 anos estábamos en esta misma mesa desayunando juntos. "Lo se," dijo el viejecillo, "hace 50 anos, seguramente estábamos aquí sentados, desnudos como una pareja de jóvenes jilgueros."; " Bueno, que hacemos, cielo, nos desnudamos?"
La pareja de viejecitos se desnudan y se sientan a la mesa.
"Sabes, cariño," la viejecita le dice casi sin aliento, "Mis pezones están igual de calientes hoy por ti que hace 50 anos..."
"No me sorprende." le contesta el viejecito. "Uno lo tienes en el café y el otro esta dentro del chocolate con churros