Hace unos 25 o 22 años aproximadamente conocí al profesor, ahora licenciado Miguel García Requena, al quien le hacia entrevistas por doquier, ya fuera como del Pentatlón o como representante del Centro de Adiestramiento para Profesores que se situaba o sitúa en el palacio federal. Pasó el tiempo y mi vida como periodista siguió y sigue, claro, ahora ya no como un reportero, lo que fue durante más de 18 años ininterrumpidos, más de cerca de 14 años en La Voz del Sureste, cerca de cinco en al Diario de Chiapas, otros más en el Cuarto Poder, El Sol de Chiapas y muchos más que ya desaparecieron, en un montón de revistas y semanarios y en la actualidad, pues usted puede leer mi columna “Chispero Político” en la red internacional on line. Algunos dirán ¿ y esto que chingados me importa”; el caso es que hubo una carrera que “coordina” Miguel García Requena, representantes vitalicio del Pentatlón Militarizado en Chiapas. Al llegar a las oficinas de Requena, claro para inscribirme, como corredor que soy, en el la categoría de Medios de Comunicación, una persona que le dicen el doctor, -quien sabe si sea o no-me dijo: “¿eres periodista? ¿En qué medio escribes?” y luego de rezarle la letanía de los medios donde le dan cabida a mi humilde columna, el señor ese me dice “Pues el es primero que se viene a inscribir en ese rubro”. Jugando le dije: “a ver quien me apalea corriendo, creo que ahora seré el primer lugar”, para luego charlar otro poquito y retirarme. El domingo inició la carrera a las ocho de la mañana y el itinerario fue del Hospital del ISSSTE hacia la avenida central y de allí hasta el entronque hacia la delegación Terán y nuevamente regresar al parque Morelos. Claro no quiero decir que soy una chingonería pero mi tiempo fue de 35 minutos los aproximadamente ocho kilómetros, pero en el momento de la premiación, una persona que la vi y dejé sacando la lengua allá por la UNACH, ya de regreso, fue la que ocupó el primer lugar y a mi me dejaron en segundo, bueno, quizá porque mi “Ganador” es el consentido del doctorcillo ese, y no peleo los premios sino el esfuerzo que como corredores hacemos; nosotros nos conocemos y sabemos quienes somos, pues si me hubiera tocado competir en la rama de veteranos “A” yo sé que hay muchos y más mejores que yo, pero en la rama de “Medios de ¿Comunicación?”, por favor, yo sé que no existe un contrincante pesado, al menos en mi categorìa, pero en fin, no hay cosa peor que cuando se prostituyen los espacios como lo hizo el doctorcillo ese quien todavía tuvo la osadía de decirme “Oye no te vi llegar ¿O no corriste?”, por lo que le contesté que mi tiempo había sido de 35 minutos, pero por dentro le dice “que escases de progenitora tiene ese guey”. Nosotros los corredores viejos, acostumbrados a competir en largas distancias y no en ocho kilometritos, sabemos reconocer quien es quien y poseemos ética y valores como para menospreciar al compañero o como para negar lo que vemos………TRISTE EXPLOTACION LABORAL DE MENORES DE EDAD EN EL MERCADO LOS ANCIANOS; LAS AUTORIDADES, CIERRAN LOS OJOS:-En verdad cuando vemos a un niño, menor de 12 años trabajando, rompiéndosela como si fuera un adulta nos enfada, pero la indignación es superior en los personal, cuando de la boca del propio niño han confesiones como las que solo le pagan 20 pesos diarios. Ese niño que debería estar jugando con sus demás compañeros tiene la mala suerte de no hacerlo sino de estar como un verdadero cocinero en la CONCINA DE DOÑA MARI, es allí precisamente donde se vende comida de dudosa procedencia, donde los trabajadores no saben qué es SEGURO SOCIAL, ignoran qué son las VACACIONES y los DÍAS FESTIVOS, jamás han oído escuchar la palabra AGUINALDO y todo aquello que se llama REPARTO DE UTILIDADES, no está en el diccionario de Doña Mari. Pero aquí lo que si urge es que las autoridades de salud inspeccionen los alimentos que allí se expenden, pues se sabe, en voz de los propios explotados, “perdón digo trabajadores” , que los alimentos se cocinan con agua de la llave, las aguas frescas de frutas de temporada, están expuestas al polvo y a las moscas, la mayoría de las damas que allí laboran como cocineras y meseros no se cubren la cabeza como debería ser que no caigan cabellos en la comida, como frecuentemente suelen encontrarse y que han sido discusiones para que la dueña de ese muladar acepte que sí hay moscas o pelos en los alimentos que vende. Tengo entendido por voz de los explotados, que los días entre semana, son peroles de alimentos, principalmente caldos de camarón, de pescados, de carne de res y otros como mole y arroz que se calientan por dos o tres días hasta que se agota, según doña Mari para que no registre pérdidas y pueda pagar el sueldo de sus empleados. El problema es que la asquerosidad que consume nuestra ciudadanía capitalina al ir a dizque comer en la cocina de la Tía Mari en el Mercado los Ancianos, seguramente seguirá operando con toda libertad debido a que, al decir de la propia dueña, -La tía Mari- dice que las autoridades de Salud, le hacen lo que el viento a Juárez y la verdad es que es posible, pues muchos inspectores de Salud, son tratados como rey en esa cocina y entonces es lógico que si la Tía Mari les llena la panza, prácticamente les cierra la boca con comida y billetes, y lo mismo sucederá en la remota idea que llegaran los inspectores del trabajo, que lo dudo que esos señores asomaran las narices, quizá no para inspeccionar y sancionar pero si lo harán para esquilmar a la Tía Mari que al decir de sus empleados, es bastante benevolente y religiosa con las autoridades que pretenden meterla al cumplimiento de la ley. Usted que opina, será es que bueno seguir consumiendo caldillos con moscas o alitas de cucarachas o de perdida un suculento pelo o ya de perdis un piojo que vuele del pelo de las cocineras que en su mayoría son puras menores de edad.
A QUE PEPITO: Cierto día, la mamá de Pepito lo manda a la tiendita a comprar huevos para la comida. Repentinamente un transeúnte atraviesa la carretera imprudentemente y en ese momento un vehículo a toda velocidad lo arrolla quedando el sujeto en varios pedazos de su cuerpo sobre la carretera: Pepito husmeo un rato viendo las partes del cuerpo tiradas por todos lados, pero como ya había ido por el mandado, se fue a su casa y contó a su madre lo sucedido. La madre sin tomarle mucha importancia de lo que su hijo le contaba pegunta a Pepito: Oye hijo: ¿y los huevos?, a lo que Pepito contesta: mamita, eso si no vi donde quedaron porque la regazon de sangre, ceso, tripas corazón y bofe, confundía con otras cosas del despedazado……Bueno, yo espero que usted inicie una nueva semana……¿Aclaraciones y dudas? angelcarrillob@hotmail.com