autoridades sobre la espantosa corrupción operante en los cuerpos policíacos y ahora hasta en las entrañas del Ejército, funcionarios de alto rango, hasta los cuerpos legislativos y otros del poder judicial; cinco de cada 100 ciudadanos nos haríamos la misma pregunta: ¿para qué tanto “pancho” y prepotencia pura e institucionalizada de los polizontes en esos centros de revisión?. En el centro de revisión ubicado en Huixtla, es humillante la forma en que todos los ciudadanos que tienen la desgracia de viajar en camiones de transporte son tratados. Los ciudadanos, claro, ciudadanos comunes, se les advierte por parte de un agente federal que se “encarama” sobre el camión, que “todos deben bajar, mochilas, cargas, niños dormidos, maletas y en general, todo lo que lleven para que carguen con esas cosas hasta donde un agente con cara de perdonavidas se encuentra, el que le indica “ponga las cosas aquí” (una banda rodante). Mientras el agente vigila que todo pase por esa banda, otro polizonte y algunos militares están con el arma apuntando al ciudadano. Saliendo de esa fatídica y humillante banda, el ciudadano debe cargar con todo y chivas hacia otro lugar donde tiene que poner el dedo sobre un botón rojo, en donde otro agente acompañados de militares y agentes federales, todos armados, le indican: “si al oprimir el botón hay luz roja, usted tiene que ser sujeto a una revisión total”. La revisión total indica que el ciudadano tiene que ser llevado a un cuarto donde será literalmente desnudado (sea hombre o mujer) para que los “honestos” agentes se cercioren dónde lleva el producto que provocara que el botón diera luz roja, a parte que el sujeto ya pasa a ser un indiciado, es detenido y separado con todo y cosas y de inmediato el Ministerio Público está ya casi pidiendo la pena de muerte para el “presunto”. Para esas personas, los derechos humanos son mierda total, el debido proceso se lo pasan por los huevos, el respeto a los ciudadanos no cuenta. Pues las madres de familia tienen que bajarse hasta con tres niños que tienen que jalar semidormidos hasta donde también se les pasa “báscula” para ver si son o no “burros” o narcotraficantes o contrabandistas de armas. Que lastimero y cruel se vuelven los agentes, las leyes son totalitarias pero no humanistas, no existe la conciencia humana, no existe el pudor y menos el respeto a la presunción de inocencia. Pero mientras a los pasajeros son devalijados, humillados y vejados, los lujosos vehículos de narcos, pasan por las narices de los agentes, solo que esos no son sujetos de revisión, ellos como todos los que no viajan en automóviles y camionetas particulares, tienen pase libre, son tratados con decoro, con respeto y sólo los que viajan en autobuses son vistos como presuntos narcotraficantes, como ciudadanos de ulterior categoría.   
unos 60 mil trabajadores de la educación, el circulante empezó a castigar con severidad la economía chiapaneca y propició que hubiera por lo menos, el despido de unos 6 mil empleados de diversos negocios y el cierre de muchos de éstos. Nadie ha dicho nada sobre la influencia que el sector educativo tiene sobre la economía de la entidad y sobre todo en las cabeceras municipales que es donde el salario de más de 60 mil trabajadores de la educación es casi determinante, debido a que del sueldo de ellos, dependen otro número similar de personas, así como las compras que los mentores realizan. Durante el tiempo que los trabajadores de la educación no se les liquidaron salarios, puede afirmarse que los comercios, las cadenas comerciales y bancos lucían vacías. Según fuentes del mismo magisterio, seis de cada 10 docentes tuvieron que recurrir a las casas de empeño o empresas financieras para poder obtener créditos y resistir, hasta el momento, el paro magisterial. Los empresarios, nada dijeron del “BUEN FIN”, pero se afirma que este año, al menos en Chiapas, fue un rotundo fracaso, debido a que la mayoría de personas utilizaron todos sus recursos para liquidar adeudos contraídos. Es de todos sabidos que la economía capitalina y de las principales ciudades del Estado, es alimentada con los fondos que el gobierno libera mediante salarios a los burócratas o empleados, pues se estima que la economía que fluye del sector privado sólo alcanza a cubrir el 13 por ciento del flujo general de circulante. De esa forma podría afirmar que de continuar el paro magisterial y la retención de salarios, aguinaldos y otras prestaciones, provocaría severos reveces para la iniciativa e incluso podría provocar el cierra de muchas empresas y con ello, el despido masivo de trabajadores y ocasionar un fenómeno lamentable como lo es el alto índice de desempleo. Es falso, como lo afirman los comerciantes establecidos, que la estancia de trabajadores de la educación les esté ocasionando pérdidas económicas cuantiosas, pero si lo es que la falta de circulante por la falta de pago a los mentores está provocando estragos y está provocando que la economía chiapaneca se desmorone.
Felipillo, declarara a los medios masivos de Michoacán, en el sentido que senadores de la república dialogaran con los “Caballeros Templarios”, ya era de esperarse; esa una vieja práctica del PRI y por qué no decirlo, del PAN y posiblemente hasta los demás partidos lo hicieran si el poder total les llegara a las manos. Aquí resulta interesante preguntarse ¿por qué los senadores si tienen la voluntad de dialogar con el crimen organizado, por qué no la tienen para dialogar con los grupos de autodefensa, con los maestros y otros grupos como el EZLN?, Claro, porque los demás grupos todavía son moderados en su accionar. Ahora quizá se llegue a comprender el por qué los penales están en manos de la delincuencia organizada. Excelente información le abastece Felipe Calderón a su hermana para que tenga buenas armas para desnudar a los señores senadores priístas. Aunque eso de las negociaciones sabemos que nada novedoso es ni ha sido y menos que lo siga siendo; no hay que olvidar que un alto prelado de la Iglesia se reunión con alto jefes del narco, posterior al asesinato Posadas Ocampo, todo por las narcolimosnas que han de ser muy jugosas, sumas que alcanzan la absolución total, así es que como iglesia y Estado, que al final de cuenta son lo mismo, ambos fomentan esa cultura institucional.