Bajo el señuelo de certificar las elecciones en Chiapas y demostrarle así al presidente Felipe Calderón que sí puede hacer lo que Enrique Peña Nieto y Marcelo Ebrard no pudieron allá en el Estado de México y D.F. respectivamente, el gobernador de Chiapas, propinó a todos los líderes naturales un espaldarazo de traición, al llevarlos a todos los representantes de Colonias y Barrio a unas improvisadas elecciones y dejarlos sin representatividad. Cabe mencionar que el descuido de Sabines consistió en que al tener conocimiento de la renovación de esas estructuras, enemigos del mismo gobernador aprovecharon a soltar dinero y financiar a personas espurias sin representatividad para que se encargaran de repartir 500 tinacos en cada colonia, la cantidad de cinco bolsas de cemento, 300 presos y ofrecerles una suma de 200 mil pesos sin comprobación que, será entregada por conducto de Chiapas Solidario, fondos que serán entregadas a las personas que ostenten cargos. A los verdaderos representantes, con capacidad de convocatoria, Sabines, únicamente los hizo quedar mal ante la gente o sus representados, los mismos que durante la campaña electoral, en la que Sabines se postulara como gobernador, hicieran un titánico trabajo sin recibir nada a cambio. Hay molestia de por lo menos 700 líderes naturales en toda la entidad, mismos que, ante las falsas promesas del gobernador, anuncian su adhesión total al Partido Revolucionario Institucional, al que pretenden fortalecer a fin de evitar que arrepentidos ideológicos o arribistas vuelvan a encajarse al PRD para ganar las elecciones a base de falsas promesas que finalmente, son pagadas con traiciones traperas como la que recibieron casi todos los representantes de Barrios y colonias de todos los municipios de Chiapas. En algunos lugares, principalmente la colonia Emiliano Zapata del municipio de Tuxtla, los “ganadores” antes de agenciarse las elecciones con financiamiento de los enemigos de Sabines, le hicieron recordatorios familiares al mismísimo mandatario chiapaneco, diciendo que el equipo derrotado, gente de Sabines, traían las mismas triquiñuelas del sabinismo en las manos, pero que a ellos les importaba toda vez que tenían el financiamiento y el apoyo total del diputado perredista Jabín Guzmán Vilchis. Los hermanos Mario y Gustavo Rosales, así como otra señora de nombre María Eugenia y el esposo de ésta, claramente dijeron que mientras su protector Jabin Guzmán se mantenga como legislador, Sabines irá teniendo reveces y que será el legislador quien bloqueará cualquier acción del gobernador. En algunas colonias de Tuxtla, los problemas llegaron a consecuencias de desorden social.