El imponente Cañón del Sumidero, que en años atrás fuera una verdadera delicia en su fauna acuática hoy se encuentra semi acabada. Se ha vuelto un lugar donde merodean y deambulan cientos de cazadores furtivos de ancestrales iguanas, armadillos, venados, aves exóticas, camaleones, cocodrilos, lagartos y, vaya, cientos de animales que son devorados por esas personas, claro, ante la mirada discreta, tolerante y hasta cómplices por parte de las autoridades correspondientes.

Al paso del cañón, que prácticamente es también el vaso de la presa "Manuel Moreno Torres", conocida como la presa Chicoasén, en honor al pueblo donde se asientan las turbinas, desembocan millones de litros de aguas negras de contenidos altamente peligrosos de material radiactivo, plomo, uranio, cloro, aceite quemado todo tipo de inmundicia fecal que es arrojada del otrora Río Sabinal que atraviesa la capital chiapaneca.

Del embalse de la presa, muchos han hecho jugosos y rentables negocios negocios, algunos se han constituido en oligopolios como los lancheros chiapacorceños, el altísimo numero de cantinas, bares, prostíbulos, restaurantes que se han instalado en todas las márgenes del embalse desde Chiapa de Corzo hasta Chicoasén, Usumacinta, Chiapa de Corzo, Villa de Acala y lugares que circundan la presa.

De esos centros de vicio y antros fluyen cientos de miles de litros de agua fecal, todo, impunemente va a desembocar a las aguas del río, sin que haya control alguno por las autoridades correspondientes.

Entre Chiapa de Corzo y Chicoasén, se ha concesionado, por parte de las autoridades gubernamentales, el uso de negocios, totalmente raro, donde únicamente llegan políticos, adinerados y personas de origen raro en lo legal y en lo moral. En el negocio según se dice, se puede hasta practicar tiro al blanco, muy a pesar que a escasos 150 metros de ese lugar, se localiza el campo de tiro de unidades militares que están establecidas en el Campamento Chicoasén.

Al haberse realizado estudios por parte de especialistas en biología, de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas, han encontrado que los bagres y la mojarra tilapia poseen entre sus agallas gran cantidad de gusanos; las mojarras están exageradamente gordas y grandes, algunas de ellas logran pesar hasta cerca de kilo y medio; se ven exquisitas ya fritas en los platillos pero el riesgo al consumirlas es muy alto, sobre todo si los que expenden estos productos sobre el mismo embalse, no les hacen la limpieza suficiente para eliminar la inmundicia de la que se alimenta la fauna acuática.

El problema es que nadie difunde noticias de esta naturaleza, y no con la finalidad de espantar o ahuyentar el turismo local, nacional e internacional que nos visita sino para poder provocar que las autoridades de salud y las que sean necesarias, ayuden a los propietarios de negocios para que los alimentos que allí se expendan sean suficientemente preparados con mucho cuidado.

Tampoco es urgente vigilar al oligopolio de lancheros quienes han utilizado ese negocio para cruzar centroamericanos ilegales hasta Chicoasén donde son retomados a través de vehículos y llevados hasta antes de Malpasito, donde se encuentra la caseta migratoria.

Han sucedido entre lancheros serias riñas y además varios accidentes, pues son muy poco de ellos que le ofrecen al paseante en lanche, los chalecos salvavidas y eso ha provocado que alguien que cae de la lancha, ya sea por descuido o malicia, seguramente encuentra la muerte sino es auxiliado a tiempo.

Gracias a una campaña que año con año encabeza la televisora TV AZTECA junto con el gobierno del Estado y demás grupos sociales, año con año se extraen del embalse cientos de miles de toledas de basura, bsura que es arrojada por pasenates y toda la que es arrojada a los ríos que sobre esas agua desemboca.

Hasta la fecha, pese a que ese es una de las llamadas maravillas de México, una maravilla natural creada hace aproximadamente 35 millones de años, porque es el centro econòmico de muchos y también porque es el orgullo de nosotros los chiapanecos, el gobierno no ha hecho casi nada para poner reglas y proteger ese afluente natural que deja boquiabierto a cuanto turista llega a nuestro Estado chiapaneco y que además, pasear por sus agua y por sus diversos lugares de regreo, es una verdadera maravilla.

Hay que reconocer que convertir en verdaderos lugares turísticos a esa franjas del Canón del Sumidero, sin alterar su naturaleza, serie crear verdaderos emporios económicos, aunque hay que aceptar que para que eso se dé, es necesario que tengamos excelentes vías de comunicaciòn, que nos transporten con facilidad y seguridad, del centro hacia Chiapas, lo mismo de centro y sudamerica por la vìa aére y turìstica.