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LO QUE SABINES CONSTRUYO EN TRES AÑOS, EN UN SEGUNDO EL CHUNKO LO BORRO CON EL CODO
Una de las preocupaciones de Juan Sabines Guerrero es cumplir con los preceptos constitucionales y además los tratados internacionales, que jurídicamente podría decirse, son los preceptos de segunda importancia después de nuestra Carta Magna. Sabines, en los últimos años he recibido reconocimientos y distinciones internacionales por su afanosa labor y respeto a los derechos humanos, donde no hay disti9nciòn de raza, religión y sobre todo color de piel; la ONU ha elogiado su trabajo y las adecuaciones que a la Constitución local se le han hecho para así buscar ese precepto de igualdad y humanismo que sobresale de la administración sabinista. Ahora sí como dicen algunos: todo iba bien hasta que resultó Ariel Gómez León, mejor conocido en el bajo mundo por “El Chunko”, quien todo ese esmerado y arduo trabajo sabinista lo vino a acabar de un solo borrón con el codo. Pues dicen que todo lo que nada cuesta en nada se valora. Hoy los chiapanecos, gracias a Ariel Gómez León, los chiapanecos a nivel internacional ya somos considerados como los racistas, los ogros del planeta, los malos y otras chuladas. Nadie ha dicho nada sobre las consideraciones que sobre nosotros llueven en cualquier parte del mundo a través de la red, TV y radio, así como de la prensa escrita y otros medios; pero como chiapaneco que soy, y ya que las autoridades no deslindan a los chiapanecos de temerarias consideraciones hechas por El Chunko, yo me atrevo a hablar en voz, no de uno sino de millones de chiapanecos que coincidan conmigo en el sentido de que Ariel Gómez o El Chunko, no es Chiapas y a la mejor ni chiapaneco es, que la verborrea peculiar con la que se expresa y no de ahorita sino desde hace años, no la compartimos y rechazamos tajantemente sus alusiones racistas y discriminatorias que hoy ponen a Chiapas ante la comunidad internacional, como el patito feo. Desafortunadamente las autoridades de gobernación, jamás prevén ni vigilan y menos que sancionen lo pisoteado que está la ley de radio y televisión por esa clase de personas a través de esos medios tan escuchados y de fácil acceso, se pronuncian con ese lenguaje tan soez. Tampoco monitorean las estaciones de radio, a las que deberían también aplicar sanciones ejemplares, ya que denigrar así a toda la población chiapaneca es fatal. Es cierto que las libertades de expresión que todo ciudadano posee son amplias pero no ilimitadas ya que cuando trasgrede los derechos de terceros, el interés público y la seguridad de la nación, todo sujeto debe llamarse al orden y aplicársele sanciones. Ariel Gómez León, al que solo conozco de lejos, textualmente luego de aludir a los haitianos dijo: “A mí me vale que no me quieran, me vale guango, aquí el negocio es que me escuchen” mientras que otros que acompañaban al “legislador” le decían “racista”. Yo siento que todas las personas que ese aciago día de la mofa haitiana, también deben ser suspendidas de su acceso a los micrófonos de las radiodifusoras, pues la ley de Radio así lo estima en sus preceptos. Cientos de locutores han sido suspendidos, algunos por años y otros de por vida por simples errores y no premeditados como lo hicieran Ariel Gómez y sus acompañantes. En muchas ocasiones, en esta columna y donde me dan espacio para que se publique, siempre he recomendado a los servidores públicos que no mezclen la magnesia con la gimnasia, es decir, no se puede ser columnista, comentarista, periodista o locutor y al mismo tiempo ser funcionario público y menos cuando el cargo proviene de una representación popular. Pues lamentablemente, Ariel Gómez, ya engallado por la fuerza que le dieron las mismas autoridades, textualmente tuvo el cinismo de decir que “le valía que no lo quisiera” impropia afirmación para un servidor público de elección popular. Es triste lo que Ariel Gómez está pasando, pero esa acción es digna para que otros la tomen como reflexión y asuman un papel digno, aquí realmente no tiene la culpa el indio sino el que lo hizo compadre, es decir, no tiene la culpa Ariel sino el que lo hizo diputado, es decir, los que votaron por el y los que lo ayudaron a subir y a endiosarlo. El destino de su vida, desde aquel aciago día y en lo sucesivo será negra como la maldición haitiana, pero será una lección para él y su familia así como para todos aquellos que al amparo de un cargo violenten los principios de igualdad y respeto recíprocos y sobre todo en los momentos en que la desgracia y el infortunio ataca a los seres humanos colectivamente. Los miles de kilogramos de ayuda que se envíen desde Chiapas hacia los haitianos, no borrarán en nosotros esa mancha de tinta indeleble con la que nos marcó el Chunko a nivel internacional y es posible que ni nos la quieran recibir, ya que la dignidad de los humanos, en muchas ocasiones está por encima de nuestra hambre o como dijera Marcos, más vale morir de pie que de rodillas. Hace más de un año, escuché claramente cuando una ancianita le pedía ayuda económica al Chunko, a lo que éste expresó que “si votaron por mi es su pedo, yo nunca les pedí voto y menos apoyo, yo llegue por mi dinero y mis amistades”; la ancianita contestó: “Chunko, lo que escupiste al cielo en la cara te caerá”.
LAS CERTIFICACIONES ESTAN DE MODA.
Hoy en día, hay que certificar el proceso hasta para ir al baño: bueno hay que certificarse para todo. Esos son los adelantos de la globalización del mercado laboral, el que no se certifique correrá el riesgo de que no le permitan laborar, pues es un grupo de vivales que inventaron una gran empresa de certificaciones y que coludidos con los capitalistas, están haciendo de moda ese tema. Hoy, nadie podrá vender ni comprar sino está certificado su producto y su productor. Desgraciadamente parece que fuera mentira pero no es así, el mercado internacional lo exige, ahora deberán certificar la tierra de donde los productos naturales están siendo cosechados, desafortunadamente, se certifican los procesos y procedimientos pero pareciera que hay una certificación cuantitativa y menos cualitativa en otros rubros. Es decir, la producción de un aguacate, estará siendo evaluado y certificado en cuanto a proceso y procedimiento pero ¿y qué con las cualidades de las propiedades curativas del producto? En México, en el rubro de la educación, es una verdadera locura, los cursos, diplomados, platicas y cualquier acción que sirva para justificar la certificación cada día se torna impagable y del todo superficial en contenido de evaluación certificativa. Me consta, gran cantidad de personas lucen ya una certificación como si fuera más que un título profesional pero ya en las etapas de desarrollo competencial es donde se comprueba que las certificaciones son un verdadero negocio y no un afán de mejorar la calidad de sus productos y servicios. En México, el gobierno federal tiene una lucha obsesiva y ciega, infundada y todavía teórica de que la educación que imparta debe ser certificada por certificadoras internacionales europeas al igual que su profesorado a los que les han cargado en un 80 por ciento labores burocráticas en la que pierden un 70 por ciento del tiempo de exclusiva docencia; en la actualidad, un docente dedica 30% de su horario para tratar de controlar y ordenar a sus alumnos; 10% para lista obligatoria por parte de la SEP, pierde una semana de trabajo para estructurar planeaciones, situaciones, secuencias, resultados porcentuales y demás boberías que deberían ser trabajo administrativo pero con eso de la modernización educativa, hoy ya pasaron a ser parte del trabajo de docente, restando con ello el trabajo frente a grupo. El consumismo de fondos para erogar costos de certificación hacia las empresas certificadoras, significa para el gobierno, un costo alarmante en millones de dólares, certificación que únicamente es válida para dos años; al trabajador también le cuesta dinero y tiempo y todo para que en próximo, la facturación de cualquier producto o servicios sea mediante registro de hacienda y de certificación. Si usted no lo cree, hay lo veremos. Urge adoptar nuevos modelos y reestructurar nuestra competencia en el mercado internacional, pues dicen que lo que se ve no se juzga, pues en México, los evaluadores extranjeros (europeos) están evaluando a los evaluadores que éstos evalúen a los ya evaluados, pero no exactamente son evaluados para conocer sus habilidades y aptitudes sino simplemente porque con solo mirarlos y pagar una suma, los evaluadores extranjeros ya extienden el documento que dice “certificación iso 9000” y con ese letrerito, que pareciera el toque celestial, todo lo que se produzca y se promocione tendrá mercado mundial. La certificación está arrollando a aquella vieja empresa propiedad de amigos de políticos denominada CENEVAL, la misma que se encargaba de vender certificados y títulos a todos los que deseaban poseerlos de un solo “porrazo”.
EL CHISTE DEL DIA
Un muchacho va a la mili. Luego de un tiempo su padre es llamado por el comandante quien le dice:
- Señor, tenemos que darle una noticia buena y otra mala sobre su hijo. ¿Cuál quiere oir primero?.
El padre contesta:
- Dígame la mala primero.
El comandante le dice:
- Es que hemos descubierto que su hijo es marica.
El padre dice:
- Qué mala suerte. ¿Y cuál es la buena noticia?.
El comandante contesta:
- Que ha sido elegido "La reina del cuartel".
Yo espero que haya iniciado con mucha positividad esta semana y con un puentecito.
Una de las preocupaciones de Juan Sabines Guerrero es cumplir con los preceptos constitucionales y además los tratados internacionales, que jurídicamente podría decirse, son los preceptos de segunda importancia después de nuestra Carta Magna. Sabines, en los últimos años he recibido reconocimientos y distinciones internacionales por su afanosa labor y respeto a los derechos humanos, donde no hay disti9nciòn de raza, religión y sobre todo color de piel; la ONU ha elogiado su trabajo y las adecuaciones que a la Constitución local se le han hecho para así buscar ese precepto de igualdad y humanismo que sobresale de la administración sabinista. Ahora sí como dicen algunos: todo iba bien hasta que resultó Ariel Gómez León, mejor conocido en el bajo mundo por “El Chunko”, quien todo ese esmerado y arduo trabajo sabinista lo vino a acabar de un solo borrón con el codo. Pues dicen que todo lo que nada cuesta en nada se valora. Hoy los chiapanecos, gracias a Ariel Gómez León, los chiapanecos a nivel internacional ya somos considerados como los racistas, los ogros del planeta, los malos y otras chuladas. Nadie ha dicho nada sobre las consideraciones que sobre nosotros llueven en cualquier parte del mundo a través de la red, TV y radio, así como de la prensa escrita y otros medios; pero como chiapaneco que soy, y ya que las autoridades no deslindan a los chiapanecos de temerarias consideraciones hechas por El Chunko, yo me atrevo a hablar en voz, no de uno sino de millones de chiapanecos que coincidan conmigo en el sentido de que Ariel Gómez o El Chunko, no es Chiapas y a la mejor ni chiapaneco es, que la verborrea peculiar con la que se expresa y no de ahorita sino desde hace años, no la compartimos y rechazamos tajantemente sus alusiones racistas y discriminatorias que hoy ponen a Chiapas ante la comunidad internacional, como el patito feo. Desafortunadamente las autoridades de gobernación, jamás prevén ni vigilan y menos que sancionen lo pisoteado que está la ley de radio y televisión por esa clase de personas a través de esos medios tan escuchados y de fácil acceso, se pronuncian con ese lenguaje tan soez. Tampoco monitorean las estaciones de radio, a las que deberían también aplicar sanciones ejemplares, ya que denigrar así a toda la población chiapaneca es fatal. Es cierto que las libertades de expresión que todo ciudadano posee son amplias pero no ilimitadas ya que cuando trasgrede los derechos de terceros, el interés público y la seguridad de la nación, todo sujeto debe llamarse al orden y aplicársele sanciones. Ariel Gómez León, al que solo conozco de lejos, textualmente luego de aludir a los haitianos dijo: “A mí me vale que no me quieran, me vale guango, aquí el negocio es que me escuchen” mientras que otros que acompañaban al “legislador” le decían “racista”. Yo siento que todas las personas que ese aciago día de la mofa haitiana, también deben ser suspendidas de su acceso a los micrófonos de las radiodifusoras, pues la ley de Radio así lo estima en sus preceptos. Cientos de locutores han sido suspendidos, algunos por años y otros de por vida por simples errores y no premeditados como lo hicieran Ariel Gómez y sus acompañantes. En muchas ocasiones, en esta columna y donde me dan espacio para que se publique, siempre he recomendado a los servidores públicos que no mezclen la magnesia con la gimnasia, es decir, no se puede ser columnista, comentarista, periodista o locutor y al mismo tiempo ser funcionario público y menos cuando el cargo proviene de una representación popular. Pues lamentablemente, Ariel Gómez, ya engallado por la fuerza que le dieron las mismas autoridades, textualmente tuvo el cinismo de decir que “le valía que no lo quisiera” impropia afirmación para un servidor público de elección popular. Es triste lo que Ariel Gómez está pasando, pero esa acción es digna para que otros la tomen como reflexión y asuman un papel digno, aquí realmente no tiene la culpa el indio sino el que lo hizo compadre, es decir, no tiene la culpa Ariel sino el que lo hizo diputado, es decir, los que votaron por el y los que lo ayudaron a subir y a endiosarlo. El destino de su vida, desde aquel aciago día y en lo sucesivo será negra como la maldición haitiana, pero será una lección para él y su familia así como para todos aquellos que al amparo de un cargo violenten los principios de igualdad y respeto recíprocos y sobre todo en los momentos en que la desgracia y el infortunio ataca a los seres humanos colectivamente. Los miles de kilogramos de ayuda que se envíen desde Chiapas hacia los haitianos, no borrarán en nosotros esa mancha de tinta indeleble con la que nos marcó el Chunko a nivel internacional y es posible que ni nos la quieran recibir, ya que la dignidad de los humanos, en muchas ocasiones está por encima de nuestra hambre o como dijera Marcos, más vale morir de pie que de rodillas. Hace más de un año, escuché claramente cuando una ancianita le pedía ayuda económica al Chunko, a lo que éste expresó que “si votaron por mi es su pedo, yo nunca les pedí voto y menos apoyo, yo llegue por mi dinero y mis amistades”; la ancianita contestó: “Chunko, lo que escupiste al cielo en la cara te caerá”.
LAS CERTIFICACIONES ESTAN DE MODA.
Hoy en día, hay que certificar el proceso hasta para ir al baño: bueno hay que certificarse para todo. Esos son los adelantos de la globalización del mercado laboral, el que no se certifique correrá el riesgo de que no le permitan laborar, pues es un grupo de vivales que inventaron una gran empresa de certificaciones y que coludidos con los capitalistas, están haciendo de moda ese tema. Hoy, nadie podrá vender ni comprar sino está certificado su producto y su productor. Desgraciadamente parece que fuera mentira pero no es así, el mercado internacional lo exige, ahora deberán certificar la tierra de donde los productos naturales están siendo cosechados, desafortunadamente, se certifican los procesos y procedimientos pero pareciera que hay una certificación cuantitativa y menos cualitativa en otros rubros. Es decir, la producción de un aguacate, estará siendo evaluado y certificado en cuanto a proceso y procedimiento pero ¿y qué con las cualidades de las propiedades curativas del producto? En México, en el rubro de la educación, es una verdadera locura, los cursos, diplomados, platicas y cualquier acción que sirva para justificar la certificación cada día se torna impagable y del todo superficial en contenido de evaluación certificativa. Me consta, gran cantidad de personas lucen ya una certificación como si fuera más que un título profesional pero ya en las etapas de desarrollo competencial es donde se comprueba que las certificaciones son un verdadero negocio y no un afán de mejorar la calidad de sus productos y servicios. En México, el gobierno federal tiene una lucha obsesiva y ciega, infundada y todavía teórica de que la educación que imparta debe ser certificada por certificadoras internacionales europeas al igual que su profesorado a los que les han cargado en un 80 por ciento labores burocráticas en la que pierden un 70 por ciento del tiempo de exclusiva docencia; en la actualidad, un docente dedica 30% de su horario para tratar de controlar y ordenar a sus alumnos; 10% para lista obligatoria por parte de la SEP, pierde una semana de trabajo para estructurar planeaciones, situaciones, secuencias, resultados porcentuales y demás boberías que deberían ser trabajo administrativo pero con eso de la modernización educativa, hoy ya pasaron a ser parte del trabajo de docente, restando con ello el trabajo frente a grupo. El consumismo de fondos para erogar costos de certificación hacia las empresas certificadoras, significa para el gobierno, un costo alarmante en millones de dólares, certificación que únicamente es válida para dos años; al trabajador también le cuesta dinero y tiempo y todo para que en próximo, la facturación de cualquier producto o servicios sea mediante registro de hacienda y de certificación. Si usted no lo cree, hay lo veremos. Urge adoptar nuevos modelos y reestructurar nuestra competencia en el mercado internacional, pues dicen que lo que se ve no se juzga, pues en México, los evaluadores extranjeros (europeos) están evaluando a los evaluadores que éstos evalúen a los ya evaluados, pero no exactamente son evaluados para conocer sus habilidades y aptitudes sino simplemente porque con solo mirarlos y pagar una suma, los evaluadores extranjeros ya extienden el documento que dice “certificación iso 9000” y con ese letrerito, que pareciera el toque celestial, todo lo que se produzca y se promocione tendrá mercado mundial. La certificación está arrollando a aquella vieja empresa propiedad de amigos de políticos denominada CENEVAL, la misma que se encargaba de vender certificados y títulos a todos los que deseaban poseerlos de un solo “porrazo”.
EL CHISTE DEL DIA
Un muchacho va a la mili. Luego de un tiempo su padre es llamado por el comandante quien le dice:
- Señor, tenemos que darle una noticia buena y otra mala sobre su hijo. ¿Cuál quiere oir primero?.
El padre contesta:
- Dígame la mala primero.
El comandante le dice:
- Es que hemos descubierto que su hijo es marica.
El padre dice:
- Qué mala suerte. ¿Y cuál es la buena noticia?.
El comandante contesta:
- Que ha sido elegido "La reina del cuartel".
Yo espero que haya iniciado con mucha positividad esta semana y con un puentecito.
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