“Guerra del Opio” entre ingleses y chinos. Hoy los carteles de la droga han roto barreras y fronteras hasta de
ver en los cuantiosos puertos fronterizos, la suma no aumenta en años sino a cada hora. El fluyo libre de centroamericanos y de otras nacionalidades asiáticas, ya no deja ciencia ni mucho trabajo verla, es cuestión  de pararse en las fronteras y realmente el acceso de esas personas es florido. Podría decirse que para comprobar lo anterior, sólo basta con concurrir en las estaciones del tren costero o centroamericano, donde existen miles y miles de centroamericanos, tanto hombres como mujeres, adolescentes y niños o niñas que solamente esperan abordar gratis y sin restricción alguna el tren. Ver circular “la bestia” como lo apoda conocida televisora mexicana, es escandaloso el número de ellos que se transportan bajo la tutela y protección de traficantes que cobran exageradas cuotas por protección, so pena de ser bajados o quizá hasta desaparecidos de no liquidar la suma que se les exige. Los las cabeceras municipales de lugares cercanos a la frontera, son la casa de miles de adolescentes y jovencitas que tienden a prostituirse para hacerse de dinero y poder continuar con su camino hacia la Unión Americana. Tapachula, Frontera Comalapa y otros lugares, ya no se sabe si los que caminan por las calles son guatemaltecos, salvadoreños o  habitantes del lugar, todos casi tenemos los mismos rasgos fisionómicos, la misma lengua y en la mayoría de los casos, los mismos regionalismos. Cientos o quizá miles de centroamericanas buscan quedarse en amasiato con algún mexicano; casi todos huyen de la extrema miseria y las condiciones políticas y económicas de los gobiernos de aquellos países. Aquí la industria de la trata de blancas, la explotación laboral o sexual, hacen del crimen organizado, confabulado con autoridades y hasta cuerpos policíacos especializados, un verdadero emporio privado en la que se reparten territorios, espacios y canonjías obtenidas con los millones de dólares que los indocumentados se ven obligados a obtener para lograr el propósito final que es llegar a la Unión Americana. Las bandas o pandillas de delincuentes integrada por personas de nacionalidades mixtas hacen en muchas veces, la tumba de aquellos que un día se marcharon de su país en la búsqueda de mejorar de vida para ellos y su familia. Los lenones son otros que conforman esa industria del crimen al pervertir y prostituir a pequeñas adolescentes que son vendidas al mejor postor y que son obligadas a ofertar y explotar su cuerpo por largas jornadas a cambio de míseras cantidades, la comida y el techo, así como la esperanza de ser ayudadas a trasladarse a su objetivo final. Esto no es ajeno a ninguna pero si ignorado, es conocido de alcaldes, de la Secretaría de salud y de los diversos cuerpos ya no digamos, pues son ellos los que tienen esa información de primera mano y que conocen o quizá hasta poseen un censo de todos aquellos o aquellas que están dentro de su “protección” y que ofrecen un dinero a cambio de no ser molestados. La basta cantidad de odiosos retenes policíacos y militares que se han establecido en toda la geografía chiapaneca ignoran ese fenómeno o cierran los ojos ante esta realidad, pues sólo basta decir que cualquier ciudadano connacional que viaje a la frontera, es bajado del auto, es revisado como si fuera delincuente peligros, se le exigen documentos, se le obliga a vaciar el contenido de bolsos o maletas, los camiones son pasados por rayos gama o rayos equis, bajo el argumento de detectar cualquier irregularidad, por mínima que esta sea, pero misteriosamente, el espantoso fluyo de centroamericanos y la presencia de bandas delincuenciales, no son vistas por esos “servidores” públicos que es necesario la suspensión total de ellos, para que la sociedad no empiece a afirmar –no pensar-, que es el mismo gobierno quien está propiciando, solapando a institucionalizando el crimen a los derechos humanos y las garantías individuales de aquellos que son víctimas del crimen organizado, de la degradación de la dignidad humana, como en caso de las jovencitas adolescentes que, algunas, a sus escasos 13 años, son tomadas como prostitutas profesionales en potencia.    
trabajando,  que no le quepa la menor duda a cualquier político, que podría llegar muy lejos, incluso a la misma gubernatura chiapaneca. Leonardo, es una persona carismática, muy sencillo, capaz de soportar la crítica más férrea sin hacer gesto feo, pero algo que si hay que reconocerle es ese optimismo, esa seguridad consigo mismo y dentro de esos largos recorridos, está sembrando una fértil semilla política lo está haciendo popular dentro de las bases, está llegando al voto duro de aquellos que pueden hacer maravillas el día de las elecciones y que seguramente lo harán en favor de Leonardo. El joven político tiene muchas cartas a su favor,  y por lo pronto, ayer lo vimos muy de cerca con Jesús Alejo Orantes, mejor conocido como “Chucho” Orantes, otro de los hombres en Chiapas, que a pesar de lo que se diga, sí tiene mucha gente que lo sigue, le confía y le ayuda. Una persona que no está tanto por el dinero que le paga la Cámara de diputados local sino porque siempre ha sido un luchador social, protagonista de grandes movimientos, capaz de hacer mella donde quiera que se pare y ya aliado con Leonardo, pues las cosas se ponen muy buenas. Son dos hombres que podrían hacer cambiar el panorama político de muchos que hoy aspiran obtener una diputación, una alcaldía o un hueso por voluntad de la boca y no por trabajo, como lo hacen Leonardo y Chucho Orantes. Esperemos que todo ese trabajo y esa coalición de esfuerzos y trabajo, cada día suba como una verdadera bola de nieve capaz de causar asombro para unos y miedo para otros.