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MUCHOS AYUNTAMIENTOS SUBSISTEN DE MILAGRO
Muy a pesar de lo que se diga o haga, se tiene conocimiento que muchos ayuntamiento, por lo decir la mayoría, solo subsiste de milagro; no hay dinero para obras, solo para pequeñas y la restauración de algunas que dejaron inconclusas los anteriores ediles. Muy a pesar de ello, se afirma que muchos de los ex ediles, brillan por su ausencia en la devolución de los fondos que hasta la fecha, no han podido comprobar. Han sido muchas las declaraciones vertidas por algunos legisladores en el sentido de recuperar los faltantes o de levantar cargos de peculado y fraude contra ex alcaldes, pero solamente ha sido para crear una cortina de humo en la que la sociedad se le haga cuentas claras. En las actuales administraciones municipales, uno de los elementos que han sobresaltado son el enriquecimiento ilícito y el nepotismo, tal es el caso del alcalde de Ixtapa, que con fondos del ayuntamiento ha adquirido vehículos nuevos a sus hijos, tal como se puede comprobar a la vista de los ixtapanecos y de los conocidos del edil. Otro de los rubros en donde los ediles de un año ocho meses ha sido el de facultar y autorizar a diestra y siniestra, la creación de centros de vicio y el expendio de bebidas embriagantes, como lo es el edil de frontera Comalapa y Tapachula y otros, en donde tanto los alcaldes como sus seguidores se están “inflando” de billetes, sin que haya autoridad alguna que los vigila a fin de que los habitantes de lugar dejen de envenenarse. En resumidas cuentas, las presidencias municipales se han convertido, para la mayoría de los alcaldes como las cajas chicas de los caprichos y lujos que los hijos y familiares del exigen, por lo que las autoridades encargas de auditar el buen manejo de los fondos a favor de la sociedad y no a favor de los mezquinos intereses de los ayuntamientos.
URGE EMILINAR LA EXCLUSIVIDAD DE VENTA DE REFRESCOS EMBOTELLADOS EN ESCUELAS CHIAPANECAS
En los últimos años, las empresas refresqueras como la pepsicola o Coca-Cola se han enfrascado en una competencia desleal en perjuicio de la sociedad, pero sobre todo de la población estudiantil, ya que abiertamente los sistemas educativos hacen convenios para obtener la exclusividad de venta en todos los planteles educativos de Chiapas. Se tiene conocimiento que las empresas aportan millones y millones de pesos en efectivo a los directivos de subsistemas educativos con dos finalidades únicos, siendo la primera que no se permita en el interior la venta de otros productos que no sean los derivados de las marcas mencionados y menos aguas frescas o las típicas bebidas de la región; en segundo convenio es que todas las personas que se les renta dentro de los planteles un espacio para la venta de alimentos, deben ser los responsables de que no se vendas, en algunos lugares, ni siquiera agua embotelladas o productos similares. Los directivos de los subsistemas y directores de escuelas, aparte de recibir regalías millonarias se les ofrece grandes cantidades de producto como apoyo en especie así como la instalación de casetas cuando se las solicitan, entre otras peticiones. Los cientos de miles de estudiantes, no pueden optar por el consumo de bebidas o refrescos libres de grandes cantidades de azúcar misma que está atiborrada de del material en bruto de la caña que produce otros derivados en su fermentación como lo es el etanol, butanol, glicerina, ácido cítrico y ácido levulínico. Los centros escolares, pues, se han convertido en verdaderos negocios para los representantes de la educación en Chiapas con la exclusividad de venta de refrescos y dejan al estudiante sin la mínima capacidad de optar si consume aguas frescas o bebidas típicas de la región, como lo son el pozole, el pinole, taxcalate, naranjadas y otras que están totalmente prohibida su venta en todos los centros educativos chiapanecos. Qué lástima que esto ocurra, pues los consorcios internacionales aparte de estar fomentando la obesidad, todavía se dan lujo, con la complacencia de los directivos escolares, de imponer refrescos excesivos de azúcares y sus derivados como la fructuosa.
Pero nosotros nos seguiremos chateando la próxima edición.
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DÍA INTERNACIONAL DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Aportación de Jorge Paz Tenorio.
• A 2010, el 6.6% de la población de 3 años y más habla alguna lengua indígena.
• Las lenguas que cuentan con un mayor número de hablantes son el náhuatl (23%), maya (11.5%), tzeltal (7%), mixteca (6.9%), tzotzil (6.5%) y el zapoteca (6.4 por ciento).
• Seis de cada diez hablantes de lengua indígena de 3 años y más reside en localidades rurales.
• La edad promedio a la que se unen por primera vez las mujeres en edad fértil hablantes de lengua indígena es a los 18.8 años.
• En 2010, 9.7% de los niños de 6 a 14 años hablantes de lengua indígena no asiste a la escuela.
• En las comunidades rurales, 68.8% de la población ocupada de 12 años y más hablante de lengua indígena se dedica a actividades agropecuarias.
La Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 9 de agosto como el Día Internacional de los Pueblos Indígenas con el propósito de celebrar esta fecha cada año durante el Decenio Internacional de los Pueblos Indígenas del Mundo (1995-2004), el cual fue renovado para el decenio de 2005-2014 y tiene como objetivo fortalecer la cooperación internacional para la solución de los problemas que afrontan los pueblos indígenas en diversas esferas tales como: cultura, educación, salud, derechos humanos, medio ambiente y desarrollo económico y social.
Con motivo de esta conmemoración, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presenta un conjunto de indicadores que muestran aspectos importantes sobre la situación sociodemográfica de la población hablante de lengua indígena.
MONTO Y ESTRUCTURA DE LA POBLACIÓN
Las organizaciones indígenas han insistido en que los grupos étnicos sean reconocidos como pueblos indígenas y no como “poblaciones” porque al tener un estatuto de ‘pueblos’ en las leyes se les reconocen atributos propios y derechos a los que no tendrían acceso de otra forma; entre ellos se encuentra el reconocimiento a tener un territorio y el derecho a su propiedad, uso y disfrute de los recursos naturales contenidos en dichos territorios, la cultura y la lengua, las autoridades y leyes, la libre determinación, entre otros.
En el segundo artículo de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se define a los pueblos indígenas como aquellos que descienden de poblaciones que habitaban en el territorio actual del país al iniciarse la colonización y que conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas; y agrega que la conciencia de la identidad indígena es un criterio fundamental para determinarlos como tales. Derivado de este artículo, el Plan Nacional de Desarrollo 2007-2012 considera a los pueblos indígenas un grupo de atención prioritaria y expresa la necesidad de focalizar acciones e instrumentar programas a efecto de abatir sus rezagos sociales. Por tanto, resulta importante contar con información estadística que permita conocer las condiciones sociodemográficas de la población indígena, no obstante, su cuantificación resulta una tarea compleja dada la diversidad de metodologías que se han implementado para estimar su monto. El criterio lingüístico captado en los censos ha sido un medio para definir el tamaño de la población indígena y caracterizarla a partir de sus condiciones socioeconómicas.
México es uno de los países del mundo con mayor proporción de población indígena (6.6% del total de la población de 3 años y más habla lengua indígena), algunas lenguas son habladas en regiones muy pequeñas y localizadas, mientras que otras –como el náhuatl, otomí, maya, mixteco y zapoteco– se hablan en diversas regiones, no necesariamente contiguas, y ubicadas en diversos estados”.
La estructura por edad y sexo de los hablantes de lengua indígena con datos de la muestra censal 2010 deja ver que el porcentaje de niños y jóvenes es menor respecto a la población que no habla lengua indígena: en los primeros, el porcentaje de niños de 3 a 14 años es de 22%, mientras que la de jóvenes de 15 a 29 años es de 26.2%; entre la población que no habla lengua indígena, 25% se compone de niños y 28.4% de jóvenes. Esta estructura evidencia un proceso de pérdida de la lengua indígena en las generaciones más recientes, según la fundación para lenguas en peligro de extinción (“The Foundation for Endangered Languages”), más de la mitad de las lenguas en el mundo están moribundas, es decir, las generaciones mayores no están enseñando la lengua indígena a las nuevas generaciones.
México tiene una gran diversidad lingüística que se asocia a distintas formas de organización social, tradiciones y costumbres particulares; la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas de México, promulgada en el año 2003, reconoce a las lenguas de las poblaciones indígenas como lenguas nacionales y parte integrante del patrimonio cultural y lingüístico del país; igualmente, compromete al Estado a protegerlas y promover su preservación, desarrollo y uso.
Las lenguas que cuentan con un mayor número de hablantes son el náhuatl (23%), maya (11.5%), tzeltal (7%), mixteca (6.9%), tzotzil (6.5%), zapoteca (6.4%), otomí (4.2%), mazateco (3.5%), totonaca (3.3%), chol (3.1%), huasteco (2.5%) y chinanteco (2.1 por ciento). Todas ellas concentran a 80% de la población total hablante de lengua indígena.
DISTRIBUCIÓN ESPACIAL DE LA POBLACIÓN
Gran parte de la población hablante de lengua indígena se encuentra en zonas que formaron parte de Mesoamérica. De acuerdo con la información que proporciona la Muestra del Censo de Población y Vivienda 2010, en 12 estados del país, ubicados principalmente en las regiones Centro, Sur, y Sureste se localiza casi 90% de la población que habla alguna lengua indígena, sobresalen de este grupo Chiapas y Oaxaca, en las cuales reside más de una tercera parte de la población hablante de lengua indígena.
Otro rasgo característico sobre los tipos de asentamientos territoriales en donde residen los hablantes de lengua indígena es que la mayoría (61.1%) radica en localidades rurales (con menos de 2 mil 500 habitantes), situación que contrasta con el asentamiento de la población que no habla lengua indígena, pues ocho de cada diez se concentran en localidades urbanas. Así, se puede decir que la mayoría de los asentamientos de la población hablante de lengua indígena son localidades pequeñas, dispersas y aisladas, que dificultan su integración con otras comunidades y el acceso a bienes y servicios.
En San Luis Potosí, Hidalgo y Chiapas, el porcentaje de población de 3 años y más que habla lengua indígena y reside en localidades rurales supera las tres cuartas partes; en tanto que en el Distrito Federal, México, Yucatán, Quintana Roo y Michoacán la mayor parte radica en localidades urbanas.
FECUNDIDAD Y ANTICONCEPCIÓN
Prácticamente en todas las sociedades contemporáneas, aún en las que controlan mejor su fecundidad, la edad de la unión es un importante determinante del nivel de la fecundidad, mientras es más precoz la edad de la unión, mayor es la descendencia final de las parejas. La Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2009 indica que la edad promedio en la primera unión de las mujeres hablantes de lengua indígena en edad fértil (15 a 49 años) es a los 18.8 años, casi dos años menos respecto a las mujeres que no hablan lengua indígena (20.5 años).
Utilizando la información de la muestra censal de 2010, 63.5% de las mujeres hablantes de lengua indígena de 15 años y más se encuentran actualmente unidas, entre las mujeres que no hablan lengua indígena esta proporción se reduce a 56.9 por ciento. Entre las jóvenes (15 a 29 años), 50.2% se encuentra actualmente unida, proporción que es 10 puntos porcentuales mayor respecto de aquellas que no hablan lengua indígena.
En 2010, 16.1% de las adolescentes de 15 a 19 años y 57% de las jóvenes de 20 a 24 años que hablan lengua indígena ya habían sido madres de por lo menos un hijo nacido vivo. Respecto al promedio de hijos nacidos vivos (PHNV), se observa que en todos los grupos de edad es mayor en las mujeres que hablan lengua indígena: la brecha en el PHNV en las dos poblaciones es baja entre las adolescentes de 15 a 19 años, pero aumenta conforme avanza la edad, lo que refleja que la fecundidad se dio con mayor intensidad entre las mujeres que hablan lengua indígen
La información sobre hijos nacidos vivos permite medir la proporción de mujeres que tienen un hijo de orden n+1 respecto a aquellas que tienen un hijo de orden n. De esta forma, se estima la probabilidad de que las mujeres sin hijos tengan al menos un hijo; la de que tengan dos hijos cuando tienen uno, y así sucesivamente. Las razones de paridez progresiva se obtienen para las mujeres de 45 a 49 años de edad, porque éstas prácticamente han alcanzado su descendencia final.
La gráfica de este indicador permite verificar la existencia de control en la fecundidad: las mujeres que no limitan su número de hijos generan una curva convexa debido a que, al alcanzar cierto número de hijos, las probabilidades de tener otro resultan ser muy similares entre los distintos órdenes de paridez. En tanto que, cuando existe una marcada predilección por un número determinado de hijos, generalmente limitado a un orden menor, se genera una curva cóncava.
Los datos del último evento censal permiten apreciar que entre las mujeres que hablan lengua indígena la maternidad sigue siendo generalizada, como lo muestra la razón “a0” que indica que 94 de cada 100 mujeres de 45 a 49 años tuvieron al menos un hijo; a partir del segundo hijo las mujeres que no hablan lengua indígena inician un marcado control en la fecundidad; entre las mujeres que hablan lengua indígena el orden de paridez dos parece ser también el que tiene mayor preferencia, no obstante, la forma de la curva lleva a inferir que no existe un control deliberado por conservar ese tamaño de la famil
Los datos de la ENADID 2009 dejan ver que el conocimiento y uso de métodos anticonceptivos entre las mujeres en edad fértil que hablan lengua indígena es menor respecto a las que no hablan lengua indígena: en las primeras, 85% conoce al menos un método de control natal y 43.3% lo usa; en las segundas, 98.7% conoce al menos uno y 50.2% lo usa.
Existe una proporción de mujeres hablantes de lengua indígena en edad fértil unidas que están expuestas a un embarazo y no hacen uso de un método anticonceptivo, a pesar de su deseo expreso de querer limitar o espaciar su descendencia (21.6%); en las mujeres que no hablan lengua indígena la demanda insatisfecha es de nueve por ciento.
En este contexto no es de extrañar que de acuerdo con la ENADID 2009, la tasa global de fecundidad estimada para el quinquenio 2004-2008 de las mujeres hablantes de lengua indígena en edad fértil sea de 2.8 hijos por mujer, en promedio un hijo más respecto a las mujeres que no hablan lengua indígena (1.9 hijos por mujer).
MIGRACIÓN INTERNA
En México se asientan un gran número de pueblos y comunidades indígenas que han logrado preservar su identidad y su lengua, sin embargo, ciertas comunidades han experimentado el desplazamiento de algunos de sus miembros hacia lugares donde, en general, buscan mejorar sus oportunidades de vida.
Con información de la muestra censal de 2010, se estima que 2.8% de la población hablante de lengua indígena de 5 años y más vive en una entidad distinta a la que tenía en 2005, de éstos 51.5% son hombres y 48.5% son mujeres; por grupos de edad, más de la mitad (55.6%) son jóvenes (15 a 29 años) y la tercera parte (32.6%) son adultos de 30 a 59 años.
En 2010, 12.1% de los hablantes de lengua indígena de 3 años y más reside en una entidad diferente a la de su nacimiento: la mayoría nacieron en Oaxaca (27%), Yucatán (13.2%) y Veracruz (11.7 por ciento).
Entre los migrantes indígenas se van generando las condiciones para que se pierda el uso de la lengua indígena, sobre todo en las generaciones de menor edad; en los hogares donde el jefe o cónyuge hablan lengua indígena y alguno de los dos declaró vivir en una entidad diferente a la de su nacimiento, 87.8% de los niños de 0 a 14 años no habla lengua indígena; esta proporción es menor (41.8%) entre los hogares donde el jefe o cónyuge hablan lengua indígena y los dos declararon vivir en la misma entidad en la que nacieron. Por otra parte, 3.7% de las mujeres unidas de 12 años y más que residen en hogares donde el jefe o cónyuge hablan lengua indígena, declararon que su cónyuge no reside en el hogar, ausencia que puede deberse a un cambio de residencia.
EDUCACIÓN
Para los pueblos indígenas en todo el mundo, el derecho a la educación se revela como un medio para salir de la exclusión y discriminación a la que han sido expuestos durante años y también como el instrumento mediante el cual se mantienen, disfrutan y respetan
las culturas, idiomas, tradiciones y conocimientos. En México, el artículo 11 de la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas garantiza el acceso a la educación obligatoria, bilingüe e intercultural a todas las personas que hablan alguna lengua indígena, independientemente si además hablan o no español.
A pesar de que la educación resulta trascendental en el desarrollo de la población y constituye un derecho que tienen todos los niños y adolescentes, aún no se logra una cobertura universal, los datos de la muestra del censo 2010 indican que de los niños hablantes de lengua indígena de 6 a 14 años, 9.7% no asiste a la escuela.
En general, la no asistencia escolar de los niños y adolescentes que hablan lengua indígena se puede asociar a cuestiones sociales, las niñas pueden no asistir por cuestiones de prejuicios de género en la familia; económicas, debido a que en algunos casos se privilegia el desarrollo del trabajo en el campo o el pastoreo de animales; de accesibilidad, porque recorren grandes distancias a pie bajo condiciones climáticas muy extremas o en transportes no muy adecuados o con alto costo monetario para las familias, además de que las instalaciones pueden estar en condiciones no adecuadas.
La falta de asistencia escolar, presente en varias generaciones, tiene como resultado que 24.3% de los hablantes de lengua indígena de 15 años y más no cuente con estudios y 25.1% no haya terminado la primaria; la desigualdad de género observada en esta población indica por qué la mujer tiene una escolaridad menor a la de los varones.
El promedio de escolaridad de la población hablante de lengua indígena de 15 años y más es de 5.1 años, casi cuatro años menos respecto a la población no hablante de lengua indígena.
POBLACIÓN MONOLINGÜE
En 2010, la información de la muestra censal revela que 15.8% de la población hablante de lengua indígena de 3 años y más no habla español, de éstos 61.7% son mujeres y 38.3% son hombres. Esta estructura por sexo se da por la división del trabajo al interior de las comunidades indígenas, la cual ha hecho que el hombre interactúe en mayor medida en centros de trabajo donde el español es la única forma de comunicación.
Los hablantes de lengua indígena que no hablan español se componen por una alta proporción de niños (42%) y de adultos mayores (19.1%), la proporción de aquellas personas que están en edad productiva (15 a 59 años) es comparativamente menor a la que se presenta entre los hablantes de lengua indígena que sí hablan español; en los primeros es de 38.9% en tanto que en los segundos es de 68.7 por ciento. Por sexo, la proporción de varones de 15 a 59 años disminuye a 28.1% en tanto que en las mujeres es casi la mitad (45.5 por ciento).
Entre las entidades federativas con mayor monto de población hablante de lengua indígena se observa que la proporción de aquellos que no hablan español y residen en localidades rurales supera ocho de cada diez en Guerrero (91%), Chiapas (88.5%), Hidalgo (85%), Veracruz (82.7%), Oaxaca (80.5%) y Puebla (80.2%); en México y Michoacán más de dos terceras partes residen en localidades urbanas.
OCUPACIÓN
La tasa de participación económica de los hablantes de lengua indígena que residen en el área rural tiene una distribución por sexo distinta a la de los que residen en áreas urbanas: en los primeros, la tasa de participación de las mujeres de 12 años y más es de 16.1%, mientras que en los hombres es de 71.3 por ciento; en las áreas urbanas, la tasa es de 35% en las mujeres y de 78.6% en los varones. La baja participación económica de las hablantes de lengua indígena que residen en localidades rurales se debe a que generalmente no consideran como actividades económicas la cría de animales o el cultivo de productos, que son parte de una economía de autoconsumo, pero que en ocasiones, forman parte de los bienes y servicios que esta población ofrece al mercado.
Es común entre la población indígena que la participación en las actividades económicas empiecen a muy temprana edad, dado que la unidad productiva es familiar y existe la necesidad de que niños y adolescentes apoyen en la producción doméstica, la mayoría de las veces sin remuneración alguna. “El trabajo en edades tempranas inhibe la asistencia escolar y dificulta su futuro, ya que en el mercado laboral siempre estarán en desventaja”. La tasa de participación económica de los hablantes de lengua indígena no sólo es mayor a los que no hablan lengua indígena en edades tempranas, sino también entre los adultos mayores de 60 años y más debido a que una gran parte de éstos no tienen seguro de retiro o jubilación lo que los obliga a seguir laborando.
Entre la población indígena, la agricultura es la actividad económica predominante, seguida de la manufactura y el comercio; muchas de estas actividades tienen poca posibilidad de desarrollarse para trascender a mercados regionales más amplios, sin embargo, el potencial de la industria de los textiles, el cuero, el vestido y la alfarería, son campos cuya producción puede llegar a los mercados.
En las comunidades rurales, 68.8% de la población ocupada de 12 años y más hablante de lengua indígena se dedica a actividades agropecuarias, de éstos, 51.7% trabajan por cuenta propia, 22.3% son trabajadores sin remuneración y 23.7% son jornaleros, peones, empleados o ayudantes. En las áreas urbanas la población ocupada que habla lengua indígena se inserta principalmente en actividades del sector servicios (36.5%) y del sector de la minería, industrias manufactureras, electricidad y agua (20.9 por ciento).
Cuando se revisan las condiciones laborales de la población ocupada subordinada y remunerada de los hablantes de lengua indígena de 12 años y más se observa que 80% no recibe reparto de utilidades o prima vacacional, 78.3% no recibe ahorro para el retiro (SAR o AFORE), 70.8% no recibe vacaciones con goce de sueldo, 63.8% no recibe aguinaldo y 68.2% no es derechohabiente de alguna institución de salud.
DERECHOHABIENCIA
El Seguro Popular es parte del Sistema de Protección Social en Salud y es un mecanismo que garantiza el acceso oportuno y sin discriminación de servicios médicos a las personas de bajos recursos que no cuentan con empleo o trabajan por su cuenta, no están asegurados en alguna institución de seguridad social y no buscan atención médica privada por los costos de los tratamientos médicos. La cobertura de servicios de salud se da a través de un aseguramiento público y voluntario.
El Programa Seguro Médico para una Nueva Generación tiene como principal objetivo proteger la salud de los niños nacidos a partir del primero de diciembre de 2006, éste ofrece atención médica integral a los niños desde que nacen y hasta que cumplen cinco años de edad y garantiza la afiliación inmediata de toda la familia al Sistema de Protección Social en Salud. Los beneficiarios de este programa se encuentran protegidos de los principales padecimientos que se presentan en los primeros cinco años de vida, pero sobre todo en el primer mes, donde se da el mayor número de casos de muerte infantil neonatal.
Por su parte, Embarazo Saludable es una estrategia que forma parte del Sistema de Protección Social en Salud y fue creado como un complemento al Programa Seguro Médico para una Nueva Generación, tiene como propósito proteger la salud de la mujer durante el embarazo, al igual que la del recién nacido.
Estos programas resultan de gran trascendencia para la población de escasos recursos y para la población indígena es una alternativa “ya que la mayoría de éstos muestra fuertes rezagos en materia de salud, sobre todo en desnutrición, mortalidad y morbilidad materna e infantil”.
Conforme a datos de la muestra censal de 2010, dos terceras partes de la población que no habla lengua indígena se encuentran afiliados a una institución de salud (67.1 por ciento); en la población hablante de lengua indígena dicha proporción se reduce a 56.8%, de éstos, más de dos terceras partes cuentan con el Seguro Popular o para una Nueva Generación (69.2 por ciento).
En las localidades rurales, 56.9% de la población de 3 años y más hablante de lengua indígena cuenta con un mecanismo que le garantiza el acceso a los servicios médicos, de éstos cuatro de cada cinco tienen el Seguro Popular o para una Nueva Generación (79.3%); en tanto que en áreas urbanas la proporción de hablantes de lengua indígena afiliada a algún servicio de salud es de 56.7% por ciento, de este total, 53.4% cuenta con el Seguro Popular o para una Nueva Generación.
AUTOADSCRIPCIÓN ÉTNICA
La Conferencia General de la Organización Internacional del Trabajo convocada en Ginebra por el Consejo de Administración de la Organización Internacional del Trabajo, y congregada en esta ciudad en junio de 1989, analiza las normas internacionales enunciadas en el Convenio y en la Recomendación sobre poblaciones indígenas y tribales enunciadas en 1957 y considera pertinente adoptar nuevas normas internacionales en la materia debido a la evolución del derecho internacional sobre este tema y a los cambios observados en la situación de los pueblos indígenas y tribales en todas las regiones del mundo.
Es así que el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo es el único instrumento jurídico internacional vigente dedicado específicamente a los pueblos indígenas y en sus primeros dos artículos se establece: 1) el reconocimiento a las aspiraciones de esos pueblos a asumir el control de sus propias instituciones, formas de vida y de su desarrollo económico, manteniendo y fortaleciendo sus identidades, lenguas y religiones, dentro del marco de los Estados en que viven y 2) que la conciencia de la identidad indígena o tribal es un criterio fundamental para determinarlos.
En respuesta a las recomendaciones internacionales, en los dos últimos recuentos censales de población se han incluido preguntas sobre la autoadscripción étnica. En particular, en el cuestionario del Censo de 2010 se preguntó a la población de 3 años y más que si de acuerdo con su cultura se considera indígena: los resultados de la muestra censal indican que 93.8% de los que hablan una lengua indígena se autoadscriben como indígenas. Los resultados también muestran una elevada proporción de personas que declararon ser indígenas pero no hablan una lengua indígena (58.2 por ciento).
Es poca la proporción de los hablantes de lengua indígena de 3 años y más que no se autoadscribe como indígena (5.7 por ciento), la estructura por edad de éstos se compone en gran parte de población que está en edad laboral, 72.6% tienen entre 15 y 59 años de edad. Por su parte, la población que no habla lengua indígena y se autoadscribe como indígena muestra un alto porcentaje de niños de 3 a 14 años (28.7%), lo que puede suponer la pérdida del habla de una lengua indígena, más no su identidad.
HOGARES INDÍGENAS
La lengua permite que las personas participen de una cultura y de toda la gama de significados expresados mediante el idioma común, de igual forma es en el hogar donde se comparte un espacio de vida en el que se trasmiten de una generación a otra todos los significados y símbolos asociados con la indumentaria, la alimentación y los valores.
Usualmente se utiliza la condición de habla de alguna lengua indígena de los jefes del hogar o de sus cónyuges para determinar cuáles son los hogares indígenas. La información del cuestionario ampliado del Censo de Población y Vivienda 2010 permite identificar a la población hablante de lengua indígena y cuantificar a las personas que se consideran pertenecientes a un grupo étnico. En este sentido, en nuestro país hay 8.6% de hogares censales donde el jefe o su cónyuge hablan alguna lengua indígena, este porcentaje se incrementa al doble (17.2%) cuando además del habla se incluye a los jefes o cónyuges que se consideran indígenas.
La transmisión de la lengua como parte de los usos y las costumbres propias de un grupo étnico se determina, entre otras cosas, por la situación sociocultural de cada uno, comúnmente los padres y los abuelos enseñan a las generaciones más jóvenes estos elementos de identidad. De los hogares donde el jefe o cónyuge hablan alguna lengua o pertenecen a un grupo indígena, en 55.7% se encuentra al menos un niño de 3 a 14 años de edad, destaca que en prácticamente la totalidad de éstos hogares (96.4%), al menos uno de los integrantes de menor edad es declarado como perteneciente a un grupo indígena; mientras que solamente en 53.3% de los hogares hay por lo menos un niño de ese grupo de edades, que efectivamente habla alguna lengua indígena.
La superioridad en el porcentaje de hogares indígenas con menores que son miembros de un grupo étnico, muestra que el sentido de pertenencia puede no limitarse al habla de alguna lengua indígena. Esta situación se acentúa en los niños debido a que aunque en el seno familiar pudieran aprender la lengua, en su mayoría, la asistencia a la escuela y la convivencia constante en ámbitos ajenos a su cultura es un factor detonante para la pérdida de continuidad en el aprendizaje y práctica de la misma, no obstante, conservan otros elementos que los identifican con su grupo.
Así pues, hay información que sirve para intuir que el habla de una lengua y la pertenencia a un grupo son condiciones que se encuentran altamente relacionadas a nivel hogar, esto es que en 11.7% del total de los hogares en nuestro país hay por lo menos un integrante que no habla lengua indígena pero se considera indígena, de estos hogares en 94.6% el jefe o su cónyuge declararon hablar algún dialecto o considerarse indígenas.
VIVIENDA
De acuerdo con la Organización Panamericana de Salud (OPS), la situación de precariedad e insalubridad de la vivienda afecta la salud física, mental y social de las personas, especialmente de niños y ancianos. La disponibilidad de agua entubada, drenaje y sanitario en la vivienda, conforman un conjunto de servicios que disminuyen las condiciones para que la población padezca de enfermedades infecciosas y parasitarias.
Conforme a los datos de la muestra censal de 2010, 33.2% de las viviendas donde el jefe o cónyuge habla lengua indígena (viviendas indígenas) cuenta con drenaje conectado a la red pública; 88.2% cuenta con sanitario y 74.3% dispone de agua entubada, de éstas, 60.9% les llega diariamente y 38.7% les llega de forma alternada, por lo que el almacenaje adecuado del agua resulta importante para que no se contamine: 33.8% del total de viviendas indígenas cuenta con tinaco y 13.7% con cisterna.
En general, las condiciones en las viviendas donde el jefe o cónyuge no hablan lengua indígena (viviendas no indígenas) son mejores, destaca el porcentaje de viviendas con drenaje conectado a la red pública (74.9%) y la cobertura casi total de viviendas con luz eléctrica (98 por ciento). Además, en nueve de cada diez se cuenta con agua entubada y 95.9% tiene servicio sanitario.
El piso de tierra también se asocia con situaciones de insalubridad, particularmente para la población infantil, 17.8% de las viviendas indígenas tiene pisos de tierra; en las viviendas no indígenas este porcentaje es de sólo 4.2 por ciento.
La información sobre los bienes existentes en la vivienda brinda una aproximación de la situación socioeconómica de sus ocupantes y también permite un acercamiento a las condiciones de equipamiento que permiten tener mejores condiciones sanitarias.
La preparación y conservación de los alimentos constituye un elemento central para prevenir enfermedades respiratorias y gastrointestinales, según la OMS anualmente mueren 1.5 millones de personas a raíz de enfermedades respiratorias producidas por el uso de combustibles contaminantes como la madera o el carbón y cada año enferman millones de personas, muchas de las cuales mueren, por ingerir alimentos insalubres, sólo las enfermedades diarreicas matan a unos 1.8 millones de niños cada año, y la mayoría de ellas son atribuibles a aguas o alimentos contaminados. Por otra parte, la inocuidad de los alimentos (alimentos no nocivos) engloba acciones encaminadas a garantizar la máxima seguridad e higiene de éstos, y entre estas acciones destaca su conservación a una temperatura adecuada.
Conforme a los resultados de la muestra censal de 2010, en 58.8% de las viviendas indígenas se cocina con leña o carbón, en tanto que 50.7% no cuenta con refrigerador.
Con esta información el INEGI brinda indicadores para contribuir al conocimiento de las características sociodemográficas de la población en México. Consulte este documento en la Sala de Prensa del INEGI, en el sitio www.inegi.org.mx,
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Por ebrios y escandalosos detienen a funcionarios de cereso de Yajalòn.
APChiapas/Angel Cañas.
Yajalòn, Chis.- Por ebrios y escandalosos fueron detenidos el encargado de la dirección del Centro penitenciario de Yajalòn, Vìctorio Jiménez Hernández, así como Manuel de Jesús Damas Maldonado quien ostenta el puesto de Jefe de la Secretaría administrativa.
Así también fueron detenidos; el custodio Jorge Alejandro Durán Trujillo quien se desempeña como alcaide habilitado a la guardia “A” y el chofer Ramón Arcos Vázquez a bordo de una unidad oficial de dicho cereso con placas de circulación RS-02.
Los funcionarios fueron detenidos por la policía municipal a las 0:30 horas de este domingo y liberados a las 2:30 luego de que el custodio Lìmbano Martínez Pérez se identificara como funcionario de ese Cereso.
De acuerdo a información no oficial, los antes detenidos son personas que dedican su actividad a cometer actos de prepotencia en esta cabecera municipal y el pueblo ya pide que se actúe en consecuencia y se aplique la ley sin distingo alguno.
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A FOMENTAR EL RESCATE DE VALORES, UNIDAD FAMIIAR Y GUSTO POR EL CINE MEXICANO, INVITÓ LA SEN. MA. ELENA ORANTES.
Por: Yolanda L. Ordaz.
VILLAFLORES, Chis. 7 de Agosto del 2011.- Con el objetivo de fomentar los valores de la familia e incentivar el gusto por el nuevo cine mexicano, la Senadora María Elena Orantes, puso en marcha el programa Cine en tu Comunidad, el cual arrancó en el club de leones de Villaflores y que lleva diversión de manera gratuita.
En coordinación con la fundación Expressa, la parlamentaria inició una serie de funciones de cine, que llega a las comunidades gratis, lo cual también tiene como propósito brindar un momento de esparcimiento a las familias chiapanecas de escasos recursos que no cuentan con dinero para asistir al cine convencional.
Durante esta actividad se obsequian a los asistentes palomitas y refrescos con el fin de disfrutar plenamente de una ida al cine en familia.
Hay que mencionar que las películas que se transmiten, cuidan el mensaje de unidad famiiar, de rescate de los valores universales como la honradez, la bondad, solidaridad y la libertdad entre otros.
María Elena Orantes, en su mensaje inicial, invitó a las familias a valorar el amor, la integración, el respeto que todos los miembros de ese importante núcleo social deben tener.
Dijo que los valores los asumimos de forma personal, son los que determinan nuestras actitudes y con ello, podemos ser juzgados como buenas o malas peronas en nuestra sociedad, por lo que conminó a todos los asistentes a esta función gratuita de cine familiar, a poner su mejor esfuerzo por avanzar siempre en esta importante encomienda de guiar por el camino del bien a los miembros de la famiia.
Las funciones de cine mexicano que se han traido a Chiapas por la Senadora María Elena en coordinación con la fundación Expressa, estará recorriendo el territorio chiapaneco, por lo que se invitó a estar atentos de la próxima visita a su comunidad.
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