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CLASISMO Y DISCRIMINACION EN EL SISTEMA BANCARIO MEXICANO
· En el sistema bancario mexicano, hay cuentahabientes de primera y hasta de ulterior categoría y sin cuenta.
· Los cajeros automáticos se hicieron para cuentahabientes pobres y mediocres aspirantes a ricos.
MIGUEL ANGEL CARRILLO BARRIOS.
El sistema bancario está conformado por el Banco de México; las instituciones de crédito, tanto de banca múltiple como de desarrollo; el Patronato del Ahorro Nacional y los fideicomisos públicos creados por el Gobierno Federal para el fomento económico, es tedioso decir que los bancos que funcionan en México, en su mayoría son propiedad de extranjeros que han encontrado en nuestro país, un manjar borbollante impune de “desnucar” económicamente a todos aquellos que pretendemos usar esas instituciones, ya sea como acreedores o deudores; en ambas partes nos despojan.
Banco de México. La nacionalización de la banca, se llevó a cabo el 1 De septiembre de 1982, durante el mandato del ex presidente José López Portillo, llamado también la quinta opción. La reprivatización de la banca, se inicia el 2 de mayo de 1990, cuando el presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, envió al Congreso de la Unión, una iniciativa para modificar los artículos constitucionales 28 y 123; su objetivo era ampliar la participación de los sectores privado y social en el capital de los bancos.
En este loco afán de hacerse llegar víctimas (clientes) a partir de aquella fecha en la reprivatización sui géneris zedillista, funcionan en México muchos bancos extranjeros, dentro de ellos tenemos HSBC Extranjero, Santander-Safin extranjero, Banamex funcionaba como citybank extranjero, scotia bank-inverlat extranjero 50% nacional 50%, BBVA Bancomer extranjero 50% nacional 50%, IXE Banco extranjero, a los que se les han dado todas las grandes facilidades de hacer lo que quieran con los inversionistas mexicanos y masacrar a los clientes.
Ernesto Zedillo
El sistema bancario, en su desesperada búsqueda de clientes o acreedores, ha buscado multiformas para atraerlos pero como en México ha encontrado la tierra prodiga e impune de hacer “de mulas Pedro”, son muchos los inversores que han llegado, algunos con previa invitación y otros sin ella, a instalarse en este país donde los banqueros cobran hasta por ser cliente y hasta la risa que sus trabajadores, sarcásticamente dan a sus víctimas y de paso aplican las tasas de interés más elevadas de todos los sistemas bancarios del mundo y como si fuera poco, con el permiso coercitivo de la SHCP.
Primer cajero automático El 2 de septiembre de 1969, nace el primer prototipo de lo hoy son los cajeros automáticos (ATM) fue instalado en la sede de Rockville Centre, N.Y. del Chemical Bank. Posteriormente, el texto de un anuncio que sacaba de honda a los estadounidenses, pues la institución Chemical Bank publicó en agosto de 1969 sonaba increíble: “¡El 2 de septiembre, nuestro banco abrirá a las 9 de la mañana y nunca más cerrará!”, En ese fatídico día, la sede del banco en Rockville Centre, N.Y., develó el cajero automático. La primera máquina no estaba en un circuito, y dependió por lo tanto de un sistema de honor, confiando en que los clientes no sacarían más dinero del que sus cuentas contenían.
Claro, era la gran innovación del momento, como suelen suceder con los grandes descubrimientos, pero en lo que ahora concierne, los cajeros automáticos solo sirven para saciar las necesidades de los ahorradores pobres, los que cobran vía nómina, los que se sienten ricos y todavía están en la miseria, los que presumen a lo estúpido cobrando un chicle con tarjeta o vaya usted a saber. En los cajeros automáticos, jamás observará o encontrará usted a un pequeño, mediano y menos a un gran capitalista, inversionista, industrial o empresario, en primer lugar porque el aparato ese, solamente se pude aceptar una sola operación financiera mínima, y por un solo día pero nunca y que no rebasa sumas superiores a los seis mil pesos.
Cajero automático moderno. Así es que los cajeros que fueron en su momento una máquina atraedora de clientes hoy son un problema para los bancarios para con los clientes miserables o para los ricos cursis de los que abundan por cierto; y no los han eliminado porque son una verdadera fuente de hurtos, cobros y sanciones para todos aquellos que no saben manejar las mendigas máquinas que también han servido como auténticas fuentes de ingresos para los secuestradores y para los ladrones de efectivo.
En ciertas formas y de manera muy leve podría decirse que el sistema bancario en una mera forma de clasificación y discriminación social de sus clientes ha optado por ir depurando a sus inversores: primero acepta las cuentas deben abrirse con un mínimo de mil pesos, de éstos hay muchos que tienen desde 51 pesos a 10 mil, mismos que no se les puede confiar una chequera; hay grandes inversores que poseen millones hasta miles de millones que poseen tarjetas de crédito especializada pero jamás de débito.
Asimismo puede haber personas que poseen todo tipo de formas de poseer efectivo no para usar los cajeros sino para pagos de grandes cantidades financieras y transferencias electrónicas; las deudas o los avales de deudas que ya ni siquiera requieren firmas sino que son con la simple orden o palabra.
Dentro del sistema bancario, hablando ya de los clientes míseros, se pueden observar en las ventanillas de bancos diversos, grandes y medianas colas o filas; algunas de ellas son para clientes distinguidos, que son los pocos que arriban a los bancos; clientes con cuenta, los que reciben trato preferencial y decoroso y todos aquellos clientes pero sin cuenta, los que son atendidos por los trabajadores de la banca, con la punta de los pies o patas, los que son atendidos cuando a los empleados se les da la gana, a los que se les ponen trabas una y todas las veces para poder hacer efectivo un documento cobrable.
En fin, el sistema bancario en México, debe regularse cuanto antes a fin de que el trato que reciben los usuarios, no sea degradante contra los derechos humanos, su dignidad y sobre todo que dicha acción, los empleados la realizan por instrucciones de un extranjero que atropella nuestra dignidad en nuestro propio país.
Debe el gobierno regular la voracidad de los extranjeros que en México han hecho la tierra pródiga de las impunidades y los atropellos contra usuarios y clientes, acciones muy parecidas en gran medida, al sistema de agiotismo y de usura delincuencial aprobada y reforzada por las autoridades que efectuaba la iglesia allá en tiempo de la colonia y que hoy se secundan en nuestro país, de manera más refinada pero que al final de cuentas, pegan en el bolsillo de los miserables.
Es urgente que nuestros gobernantes, levanten la cara que la mantienen agachada frente al gran capital que está abocado a despedazar y obstruir el fomento económico en México y que no existe autoridad alguna con suficiente fuerza y decisión para afrontar a tanto agiotista impune extranjero que en México lo han tomado como el centro impune del hurto bajo la amenaza de que: “si no cumples mis decisiones, me voy a mi país”.
· En el sistema bancario mexicano, hay cuentahabientes de primera y hasta de ulterior categoría y sin cuenta.
· Los cajeros automáticos se hicieron para cuentahabientes pobres y mediocres aspirantes a ricos.
MIGUEL ANGEL CARRILLO BARRIOS.
El sistema bancario está conformado por el Banco de México; las instituciones de crédito, tanto de banca múltiple como de desarrollo; el Patronato del Ahorro Nacional y los fideicomisos públicos creados por el Gobierno Federal para el fomento económico, es tedioso decir que los bancos que funcionan en México, en su mayoría son propiedad de extranjeros que han encontrado en nuestro país, un manjar borbollante impune de “desnucar” económicamente a todos aquellos que pretendemos usar esas instituciones, ya sea como acreedores o deudores; en ambas partes nos despojan.
Banco de México. La nacionalización de la banca, se llevó a cabo el 1 De septiembre de 1982, durante el mandato del ex presidente José López Portillo, llamado también la quinta opción. La reprivatización de la banca, se inicia el 2 de mayo de 1990, cuando el presidente de la República Ernesto Zedillo Ponce de León, envió al Congreso de la Unión, una iniciativa para modificar los artículos constitucionales 28 y 123; su objetivo era ampliar la participación de los sectores privado y social en el capital de los bancos.
En este loco afán de hacerse llegar víctimas (clientes) a partir de aquella fecha en la reprivatización sui géneris zedillista, funcionan en México muchos bancos extranjeros, dentro de ellos tenemos HSBC Extranjero, Santander-Safin extranjero, Banamex funcionaba como citybank extranjero, scotia bank-inverlat extranjero 50% nacional 50%, BBVA Bancomer extranjero 50% nacional 50%, IXE Banco extranjero, a los que se les han dado todas las grandes facilidades de hacer lo que quieran con los inversionistas mexicanos y masacrar a los clientes.
Ernesto Zedillo
El sistema bancario, en su desesperada búsqueda de clientes o acreedores, ha buscado multiformas para atraerlos pero como en México ha encontrado la tierra prodiga e impune de hacer “de mulas Pedro”, son muchos los inversores que han llegado, algunos con previa invitación y otros sin ella, a instalarse en este país donde los banqueros cobran hasta por ser cliente y hasta la risa que sus trabajadores, sarcásticamente dan a sus víctimas y de paso aplican las tasas de interés más elevadas de todos los sistemas bancarios del mundo y como si fuera poco, con el permiso coercitivo de la SHCP.
Primer cajero automático El 2 de septiembre de 1969, nace el primer prototipo de lo hoy son los cajeros automáticos (ATM) fue instalado en la sede de Rockville Centre, N.Y. del Chemical Bank. Posteriormente, el texto de un anuncio que sacaba de honda a los estadounidenses, pues la institución Chemical Bank publicó en agosto de 1969 sonaba increíble: “¡El 2 de septiembre, nuestro banco abrirá a las 9 de la mañana y nunca más cerrará!”, En ese fatídico día, la sede del banco en Rockville Centre, N.Y., develó el cajero automático. La primera máquina no estaba en un circuito, y dependió por lo tanto de un sistema de honor, confiando en que los clientes no sacarían más dinero del que sus cuentas contenían.
Claro, era la gran innovación del momento, como suelen suceder con los grandes descubrimientos, pero en lo que ahora concierne, los cajeros automáticos solo sirven para saciar las necesidades de los ahorradores pobres, los que cobran vía nómina, los que se sienten ricos y todavía están en la miseria, los que presumen a lo estúpido cobrando un chicle con tarjeta o vaya usted a saber. En los cajeros automáticos, jamás observará o encontrará usted a un pequeño, mediano y menos a un gran capitalista, inversionista, industrial o empresario, en primer lugar porque el aparato ese, solamente se pude aceptar una sola operación financiera mínima, y por un solo día pero nunca y que no rebasa sumas superiores a los seis mil pesos.
Cajero automático moderno. Así es que los cajeros que fueron en su momento una máquina atraedora de clientes hoy son un problema para los bancarios para con los clientes miserables o para los ricos cursis de los que abundan por cierto; y no los han eliminado porque son una verdadera fuente de hurtos, cobros y sanciones para todos aquellos que no saben manejar las mendigas máquinas que también han servido como auténticas fuentes de ingresos para los secuestradores y para los ladrones de efectivo.
En ciertas formas y de manera muy leve podría decirse que el sistema bancario en una mera forma de clasificación y discriminación social de sus clientes ha optado por ir depurando a sus inversores: primero acepta las cuentas deben abrirse con un mínimo de mil pesos, de éstos hay muchos que tienen desde 51 pesos a 10 mil, mismos que no se les puede confiar una chequera; hay grandes inversores que poseen millones hasta miles de millones que poseen tarjetas de crédito especializada pero jamás de débito.
Asimismo puede haber personas que poseen todo tipo de formas de poseer efectivo no para usar los cajeros sino para pagos de grandes cantidades financieras y transferencias electrónicas; las deudas o los avales de deudas que ya ni siquiera requieren firmas sino que son con la simple orden o palabra.
Dentro del sistema bancario, hablando ya de los clientes míseros, se pueden observar en las ventanillas de bancos diversos, grandes y medianas colas o filas; algunas de ellas son para clientes distinguidos, que son los pocos que arriban a los bancos; clientes con cuenta, los que reciben trato preferencial y decoroso y todos aquellos clientes pero sin cuenta, los que son atendidos por los trabajadores de la banca, con la punta de los pies o patas, los que son atendidos cuando a los empleados se les da la gana, a los que se les ponen trabas una y todas las veces para poder hacer efectivo un documento cobrable.
En fin, el sistema bancario en México, debe regularse cuanto antes a fin de que el trato que reciben los usuarios, no sea degradante contra los derechos humanos, su dignidad y sobre todo que dicha acción, los empleados la realizan por instrucciones de un extranjero que atropella nuestra dignidad en nuestro propio país.
Debe el gobierno regular la voracidad de los extranjeros que en México han hecho la tierra pródiga de las impunidades y los atropellos contra usuarios y clientes, acciones muy parecidas en gran medida, al sistema de agiotismo y de usura delincuencial aprobada y reforzada por las autoridades que efectuaba la iglesia allá en tiempo de la colonia y que hoy se secundan en nuestro país, de manera más refinada pero que al final de cuentas, pegan en el bolsillo de los miserables.
Es urgente que nuestros gobernantes, levanten la cara que la mantienen agachada frente al gran capital que está abocado a despedazar y obstruir el fomento económico en México y que no existe autoridad alguna con suficiente fuerza y decisión para afrontar a tanto agiotista impune extranjero que en México lo han tomado como el centro impune del hurto bajo la amenaza de que: “si no cumples mis decisiones, me voy a mi país”.
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